domingo, mayo 5, 2024
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Adiós a las TV autonómicas

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El secreto a voces se ha hecho noticia: el PP eliminará las televisiones autonómicas. Pues va ser que no. Cambia sí la ley que las creó para que cada gobierno regional decida eliminar o privatizar la que de él depende. ¡Ah! Eso quiere decir que Cataluña o el País Vasco se van a quedar sin los canales que emiten en idioma propio por decisión de Convergencia y Unión y el Partido Socialista de Euskadi ¿se lo creen? Vamos más allá, Galicia, Baleares y Valencia, con Gobiernos del Partido Popular, decidirán que sus ciudadanos se queden sin un medio de comunicación que sí seguirán teniendo los que he nombrado primero. ¿Y esto? ¿se lo creen?

Quedan, claro, el resto de las autonomías de España que, al no tener un idioma distinto del castellano, renunciarán a difundir por televisión su cultura, costumbres, historia, proyectos de futuro, y un largo etcétera. Pregunta ¿Quién será el líder regional dispuesto a tomar esa decisión? Javier Arenas, que se ve ya como presidente in péctore de Andalucía, ha dicho que naranjas de la China. Más probable veo yo a esa lideresa madrileña, liberal y austera a más no poder como ha demostrado en TELEMADRID; ahí sí que tendrán esperanzas de pillar negocio empresas privadas… bueno al menos las de cierto sector, justo el mismo que obtuvo las licencias para crear canales privados en esa comunidad y que dos años después han cerrado, vendido, reconvertido en tele-tienda, o andan paseando el cepillo para recoger el óbolo de sus fieles. ¡Pobres! Eran tantas y predicaban lo mismo, que se han tenido que repartir los poco numerosos feligreses, y así no salen las cuentas. Otra presidenta, también liberal, también austera –al menos para los sueldos de los demás- se muestra favorable a deshacerse del gasto que supone su televisión pública. El empeño, sin embargo, no es fácil. ¿Qué empresa privada dará cobertura a lo que ocurra en la extensa región, poblada por poco más de dos millones de personas? A la hora de costes e ingresos quizás caigan en detalles como que en la provincia de Ciudad Real caben tres Países Vascos por extensión pero diez veces menos individuosclientes.

Me voy a dejar de singularidades para retornar a la idea que justifica el anuncio de esta semanasecreto a voces de los últimos años. Las televisiones públicas suponen un tremendo gasto para las autonomías, están mal gestionadas, y solo sirven para hacer propaganda del gobierno de turno. Segunda idea: Con la crisis que tenemos no vamos a gastar recursos que podrían ir a la creación de empleo en mantener esas televisiones.

Voy con la primera idea que se puede reformular así: Si algo está lleno de defectos, lo mejor es eliminarlo. La cosa tiene tradición desde que en la antigua Esparta se arrojaran desde lo más alto del monte Taigeto a los que nacían con defectos físicos evidentes: tullidos, ciegos, o malformados. Claro que siempre es más rápido, y menos costoso sanitariamente, amputar que curar. Crear órganos internos de gestión y control para hacer con los medios justos una auténtica televisión pública es un lio que, además, deja fuera del negocio a productoras externas que siempre nos han tratado bien cuando echamos mano de ellas para los mítines y las campañas. Copiar a Televisión España y que los periodistas hagan los telediarios con criterios profesionales conduce a que, cuando queramos saber que van a contar antes de que lo emitan, nos llamen censores.

Segunda idea-fuerza: Crisis, recursos para luchar contra el paro, etc. Opción 1: cerrar esas costosas radio-televisiones supone, en cumplimiento de las leyes, indemnizar a varios miles de trabajadores con una antigüedad media de quince años, lo que supone un sueldo bruto de dos años. Ese es un pago inaplazable de muchos millones de euros. A continuación esos miles de trabajadores tienen derecho a la prestación por desempleo durante 720 días. ¿De dónde sale ese dinero? Es obvio que de los impuestos que pagamos. Para completar la ruinosa operación, engrosamos las listas del paro con la desaparición de diez mil empleos directos aproximadamente. La segunda opción es privatizar, que las actuales empresas, con sus deudas y plantillas, pasen a manos privadas. En ese caso, ¿de verdad hay empresarios privados dispuestos a asumir las deudas de TELEMADRID o la valenciana CANAL 9? ¿No será más cierto que, antes de vender, los gobiernos respectivos tendrán que liquidar la deuda a costa de los contribuyentes? ¿De verdad los actuales empresarios que claman por los despidos baratos, están dispuestos a recoger plantillas con derechos laborales que no se parecen en nada a lo que las patronales piden?

Conclusión. El anunciosecreto a voces va a generar españoles con televisión pública autonómica, y españoles sin ese derecho. ¿Dónde ha ido el denostado y popular café para todos? ¿Dónde el precepto constitucional “Los españoles son iguales ente la ley con independencia de su lugar de nacimiento, etcétera, etcétera”.

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