Y en el Congreso es dónde se ha suscitado la polémica. En un principio, CiU se opuso radicalmente a aceptar la tramitación de esta enmienda. Pero, al final, catalanes y Gobierno Central pactaron el aplazamiento del debate de esta Ley para madurar más la enmienda objeto de controversia. También el Partido Popular se opuso en un principio. Pero, al final, se ha adherido a la iniciativa propiciada por los catalanes.
La misma ha sido un balón de oxigeno necesario para que los lobbys entren en acción. Sostenidos económicamente por «los grandes», los «profesionales de la influencia» que operan en España, están maniobrando para lograr que los diputados acepten la propuesta socialista de eliminar el límite de voto en las juntas de accionistas de las sociedades anónimas.
Y así, FINANCIERO DIGITAL está en condiciones de asegurar que han mantenido contactos con los líderes de los grupos parlamentarios. También con los grandes institutos de estudios económicos, analistas financieros y fundaciones cercanas a los partidos con el objetivo de crear un clima favorable a la iniciativa. Entre ellos, según publican algunos medios, estarían los ex presidentes de Gobierno, el popular José María Aznar, y el socialista Felipe González para que medien en sus respectivas formaciones. Por cierto, ambas personalidades han desmentido estos contactos.
De aprobarse esta enmienda, los movimientos corporativos en las grandes empresas se simplificarían. Por ejemplo, se sabe que Florentino Pérez intenta negociar con Suez para lograr su objetivo de hacerse con el control de Iberdrola. De aprobarse la enmienda, el presidente de ACS no se vería obligado a esa política de pactos, ya que, tras la venta a Gas Natural de su participación en Unión Fenosa, ha ido comprando acciones en la eléctrica que preside Sánchez Galán, por lo que cuenta con la mayoría suficiente dentro de su accionariado como para hacerse con el poder.
Luís del Rivero, por su parte, no necesita, ni siquiera, comprar mas acciones en Repsol. Sacyr, la constructora que preside, posee más del 20% de las acciones. Ni siquiera el siguiente accionista, La Caixa, podría hacer frente a la ley del más fuerte, en este caso del más mayoritario. No obstante, su estrategia en la petrolera pasa por el medio plazo. No le gusta el Plan Estratégico de la compañía, diseñado por el actual equipo directivo. Hubiese deseado un mayor dividendo con el que hacer frente a los compromisos financieros contraídos en Sacyr. Pero aguanta y espera a que llegue el momento oportuno.
Mientras tanto, los lobbys que representan a estos «gigantes de las finanzas» hacen su trabajo. Y, parece ser, según ha podido saber FINANCIERO DIGITAL, con resultados positivos. Según esas mismas fuentes, los socialistas contarían, en estos momentos, con los votos suficientes para sacar adelante la enmienda en el Congreso.