La política cambiaria de Venezuela impuesta en el 2003 con la creación de la Comisión de Administración de Divisas, ha exigido a las empresas extranjeras con intereses en el país solicitar la aprobación para cambiar sus bolívares a dólares.
Según el último informe anual de Telefónica, en el 2006 obtuvo la aprobación de la conversión de 137 millones de dólares, en el 2007 de 240 millones y en el 2008 de 365 millones.
En mayo, Telefónica informó de que estaban pendientes de aprobación de conversión una cantidad de bolívares que entonces equivalía a 2.000 millones de dólares, pero que en la actualidad, teniendo en cuenta el dividendo del 2009, la cantidad sería mayor y se vería afectada por la decisión de devaluar el 50% el bolívar.
Esta medida del gobierno venezolano está afectando a la cotización de la operadora en Bolsa, ya que a media sesión sufría un descalabro del 2,54%, que llevaba a sus títulos hasta los 18,63 euros.
Por su parte, Repsol YPF aseguró que la devaluación del bolívar tendrá un impacto «inapreciable» en sus cuentas, puesto que la inmensa mayoría de sus ingresos en Venezuela se contabiliza en dólares.
Fuentes de la multinacional española recordaron que la venta de productos petrolíferos, que representa el negocio central de la empresa, se realiza en dólares y sólo unas pocas partidas de escasa magnitud se ingresan en moneda local.
La devaluación del bolívar anunciada el pasado sábado no ha afectado a la evolución bursátil de Repsol, que a las 14.00 horas subía el 1,52%, hasta los 19,07 euros por acción.
Iberdrola también ha reaccionado a esta situación y fuentes de la eléctrica aseguraron que no resultará afectada por la decisión del Gobierno venezolano de devaluar el bolívar fuerte, ya que sus contratos en el país se suscribieron en su mayor parte en dólares y con garantías.
El principal proyecto en el país, de Iberdrola Ingeniería, es el ciclo combinado de Cumaná, en el Estado de Sucre, de 1.000 megavatios (MW) y con una inversión asociada de 2.000 millones de dólares (1.375 millones de euros). El proyecto fue adjudicado en julio del 2009 y se construirá para Petróleos de Venezuela en consorcio con Elecnor (40%).
De este complejo, el 70% se cobrará en dólares y el 30% en bolívares. Pese a ello, el contrato contiene una cláusula de garantía para salvaguardar el importe acordado en caso de devaluación, cuyo contenido permite renegociar el precio, explica la eléctrica.
Además, Iberdrola Ingeniería no presta servicios energéticos en Venezuela, sino que construye infraestructuras energéticas ‘llave en mano’ y con precios cerrados, por lo que la devaluación le afecta menos que a otras empresas.
La filial de ingeniería desarrolla otros proyectos menores en Venezuela en el sector del transporte y distribución de energía, algunos de ellos en fase avanzada de ejecución. «Estos proyectos tampoco se verán afectados por la devaluación y contribuirán a modernizar las infraestructuras eléctricas del país, añaden las fuentes.
Iberdrola también lograba apuntarse a los números negros en el Ibex, donde, a media sesión, subía un 1,09%, hasta los 6,75 euros.