Estafados, engañados, incrédulos… son algunos de los términos utilizados por los pequeños accionistas de Abengoa, pero sobre todo “defraudados” tras ver cómo el dinero ahorrado durante muchos años (gran número de ellos son jubilados) casi se ha evaporado. Muchos de ellos no comprenden cómo la firma en la que habían confiado ha terminado derrumbada, sin directiva, auditores o la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) haya hecho nada.
Por ello, se han agrupado a través de la Asociación Española de Accionistas Minoritarios de Empresas Cotizadas (Aemec) y preparan una demanda contra el Consejo de Administración. La base de la demanda, que en un principio solo será civil y no penal, se centra en que la cúpula de la firma sevillana no ha proporcionado una imagen fiel del estado de la compañía. Los accionistas, por tanto, creen que se ha violado el lo establecido en el apartado 2 del artículo 124 de la Ley de Mercado de Valores, que dice que “el emisor y sus administradores, serán responsables de todos los daños y perjuicios que hubieses ocasionado a los titulares de los valores como consecuencia de que la información no proporcione una imagen fiel del emisor”.
Asimismo, los acreedores minoritarios (a través de Aemec y del despacho de abogados Cremades & Calvo-Sotelo) tienen la intención de personarse en las acciones penales ante la Audiencia Nacional. Hasta ahora, el organismo judicial tiene en su poder dos querellas relacionadas con la quiebra de la firma sevillana. La primera, interpuesta por Ybancos Abogados por la comisión de un presunto delito de falseamiento de información económica, al haber emitido bonos con recursos cuando no los tenían. El pasado lunes el despacho Felipe Izquierdo Abogados y otro despacho madrileño presentaron en la Audiencia Nacional otra querella contra el expresidente, Felipe Benjumea, y el exconsejero delegado, Manuel Sánchez Ortega.
No son las únicas demandas a las que se enfrenta la firma sevillana, ya que en Estados Unidos se han presentado hasta siete querellas. Distintos despachos norteamericanos presentaron ‘class action’ tras una caída anormal de la cotización de Abengoa Yield por no facilitar cierta información al regulador. Desde Cremades & Calvo-Sotelo aseguran que están en contacto con los despachos norteamericanos al igual que con varias asociaciones internacionales debido a que habría inversores de 50 nacionalidades distintas y los procesos de litigación pueden englobar otros tantos países.
¿Información privilegiada?
Se trata de uno de los puntos fuertes en la demanda de los accionistas contra la cúpula de la compañía, ya que aseguran que existía información sobre el verdadero estado de la empresa pero se silenció. A día de hoy, es difícil establecer si la había o no y deberá de ser dictaminado por el juez, pero existen indicios de que sería posible. Uno de los más llamativos tiene que ver con el exCEO, Manuel Sánchez Ortega, que una vez abandonada la empresa ficho por el fondo de inversión Black Rock que ha sido de los más beneficiados de la caída de la firma sevillana. El fondo invirtió en posiciones bajistas en la empresa y acumuló hasta el 1,1% del capital, que le dio importantes beneficios cuando la acción de hundió.
Se trata de uno de los casos más sonados, pero hay más. Los administradores de la compañía cambiaron el perímetro de consolidación y reclasificación de las partidas de la empresa con frecuencia, haciendo muy difícil tomar partidas para su comparación. Asimismo, la firma envió distintas informaciones a distintos reguladores ocasionándole algún problema con ellos como en el caso de EEUU. Además, el propio BBVA le negaba cualquier tipo de financiación a la firma.
1.500 empleos menos en Brasil
La reestructuración de la firma sevillana ha comenzado por Brasil, dónde ha despedido ya a 500 trabajadores y podría llegar a los 1.500 despidos. Ante la dramática situación el sindicato brasileño Sintepav-BA ha pedido la mediación urgente del Ministerio Público de Trabajo. En declaraciones a Reuters, el vicepresidente de Sintepav-BA, Irailson Warneaux, afirmó que la empresa tendrá que despedir a los 4.600 trabajadores en el país latinoamericano.
La reestructuración brasileña podría ir acompañada por una española, según han informado fuentes de CCOO. La primera parte coincide con la rescisión de contratos eventuales en Sevilla por la cancelación de pedidos, pero todavía no se ha concretado un plan de despidos.