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Histórica protesta de jueces y fiscales llena el Supremo: un clamor por la independencia judicial

Miles de ciudadanos se unen a jueces y fiscales frente al Tribunal Supremo en Madrid en una movilización sin precedentes para defender la independencia judicial.

Ni el asfalto ardiendo, ni los termómetros disparados. Nada detuvo la marea togada y civil que este sábado convirtió la escalinata del Tribunal Supremo en un símbolo. Más de 3.000 personasjueces, fiscales y ciudadanos se congregaron bajo un sol implacable para decir basta. Basta a unas reformas legislativas que, según denuncian, socavan la separación de poderes y la esencia misma del Estado de Derecho.

Fue una mañana de júbilo cívico y firmeza institucional. Desde muy temprano, columnas de asistentes comenzaron a llegar desde distintos puntos de España: Valladolid, Málaga, Zaragoza, León, Bilbao… Todos con un mensaje común: la justicia no se negocia.

La protesta fue convocada por cinco asociaciones mayoritarias de jueces y fiscales: Asociación Profesional de la Magistratura (APM), Asociación Judicial Francisco de Vitoria (AJFV), Foro Judicial Independiente (FJI), Asociación de Fiscales (AF) y la Asociación Profesional e Independiente de Fiscales (APIF).

¿El detonante? Una batería de reformas impulsadas por el Gobierno, que incluyen cambios sustanciales en la carrera judicial, el acceso a la magistratura y la gestión de los órganos de gobierno judiciales. “Es una reforma que debilita el equilibrio de poderes”, afirmó contundente uno de los portavoces de la concentración.

Pero el mensaje de la calle fue más amplio. Más transversal. Se gritó por la independencia judicial, sí, pero también por el respeto institucional, por el valor del mérito y la profesionalidad frente al control político.

“¡Salvemos el Derecho!”

Frases que retumban como eco democrático

Durante la concentración, se escucharon consignas sencillas pero poderosas: “Sin jueces independientes no hay justicia”, “¡Salvemos el Derecho!”, “Justicia sí, manipulación no”. Frases coreadas por una multitud que, lejos del estereotipo frío de los operadores jurídicos, mostró una implicación emocional evidente.

No fue una huelga encubierta ni una manifestación partidista. Fue una reivindicación institucional, defendida desde las togas pero abrazada por los ciudadanos. Algunos venían con sus hijos pequeños, otros con carteles improvisados. Hubo aplausos espontáneos, abrazos entre compañeros y lágrimas discretas en algunos rostros. El calor era abrasador, pero el compromiso era mayor.

La ciudadanía toma partido por la justicia

La imagen que más se compartió en redes no fue la de un juez hablando al micrófono, ni la de una pancarta institucional. Fue la de una abuela madrileña con un sombrero de paja y un cartel que decía: “Mi nieto merece jueces libres”. Ese es el tono que tomó la concentración: emocional, cívico, transversal.

Vecinos del barrio de Justicia aplaudían desde sus balcones. Algunos bajaron a la plaza con botellas de agua y ventiladores portátiles. “Esto es por todos”, decían. Porque cuando la justicia se politiza, el primer perjudicado no es el juez… es el ciudadano.

Europa observa con preocupación

Las principales agencias europeas —Reuters, AFP, Deutsche Welle— recogieron la protesta. En Bruselas, varios eurodiputados expresaron su “inquietud” por el deterioro institucional en España. Incluso se han filtrado preguntas parlamentarias dirigidas a la Comisión Europea.

No es un asunto menor. La independencia judicial es uno de los pilares exigidos en los informes anuales sobre el Estado de Derecho en la UE. Y España, hasta ahora ejemplo de solidez democrática, empieza a aparecer con asteriscos.

Las reformas siguen su curso... ¿y la calle?

El Gobierno no ha dado señales de frenar. Aunque tras la manifestación del 28 de junio se abrieron tímidas puertas al diálogo, lo cierto es que el calendario legislativo sigue activo. Las asociaciones judiciales, por su parte, mantienen la convocatoria de huelga de tres días y ya preparan nuevas acciones si no se produce una rectificación sustancial.

“Nuestra protesta es institucional, no partidista”, recalcan desde AJFV. “No es contra un gobierno, es en defensa de una Justicia para todos”.

Cuando el pueblo y la toga se dan la mano

Quizá lo más impactante de todo fue esa fusión entre el mundo jurídico y el ciudadano. Algo poco habitual, pero poderoso. Porque el mensaje fue claro: los jueces no solo juzgan. También luchan. Y esta vez lo hicieron junto al pueblo.

La jornada concluyó sin incidentes, con la lectura de manifiestos y la reiteración de que la protesta no es contra ningún poder del Estado, sino en defensa del Poder Judicial, como explicó el portavoz Sergio Oliva Parrilla (AJFV).

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