domingo, abril 28, 2024
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Dos de cada tres pacientes de párkinson empeoraron durante el confinamiento

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Éstas son algunas de las conclusiones del estudio «Impacto de la COVID-19 en pacientes españoles con enfermedad de Parkinson», elaborado por el Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento de la Sociedad Española de Neurología en colaboración con el Observatorio Párkinson de la Federación Española de Parkinson (FEP) y la Asociación Parkinson Galicia-Coruña y publicado en la revista científica «Movement Disorders».

A partir de 600 encuestas a pacientes de párkinson, los investigadores descubrieron que el 65,7 % percibió un empeoramiento de sus síntomas.

Bradicinesia (empeoramiento descrito por el 48%), trastornos del sueño (41%), rigidez (41%), alteraciones de la marcha (34,5%), ansiedad (31%), dolor (28,5%), fatiga (28%), depresión (27,5%), temblor (21%) y/o trastornos del apetito (13%) fueron los más frecuentes.

El 73 % de los pacientes continuó con sus tratamientos y se mantuvo activo durante el estado de alarma y el 95 % llevó a cabo rigurosas medidas preventivas, aun cuando no hay evidencia de que los enfermos de párkinson tengan mayor riesgo de contagio de COVID-19 o peor pronóstico si resultan contagiados.

«Es innegable el impacto que la pandemia tuvo en el empeoramiento de la función motora como en el desarrollo de síntomas psiquiátricos -como estrés, depresión o ansiedad- como consecuencia del aislamiento o las restricciones a la movilidad», ha indicado el principal investigador del estudio y secretario del Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento de la SEN, Diego Santos.

El hecho de que muchas asociaciones hayan tenido que cerrar durante el confinamiento, lo que ha impedido que muchas personas afectadas hayan podido continuar con sus terapias presenciales, sumado al confinamiento, ha afectado a los pacientes a nivel físico y también emocional, según el presidente de la Federación Española de Párkinson, Leopoldo Cabrera.

Aunque los investigadores no estudiaban la incidencia de la COVID-19 en los pacientes de párkinson, los datos recogidos sugieren que el porcentaje de contagiados «podría ser bastante bajo».

En la muestra analizada, sólo el 2,6 % tuvo la enfermedad y de ellos, un 33 % requirió hospitalización y un único caso tuvo que ser ingresado en la unidad de cuidados intensivos.

«Por lo tanto, más que la enfermedad en sí, ha sido el confinamiento, el cierre de las asociaciones de pacientes, el distanciamiento social, así como los sentimientos de soledad, depresión o el estrés psicológico -que reducen la eficacia de los medicamentos dopaminérgicos-, lo que más ha impactado en la salud de nuestros pacientes con párkinson», ha concluido el doctor Santos. 

A.M.

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