La radio la descubrió y la televisión la ha consagrado como uno de los rostros imprescindibles de cualquier «reality» que se precie, sobre todo tras ganar una Antena de Oro y un Premio Zapping por «Granjero busca esposa». Continuó su racha positiva con «Hijos de papá» y «¿Quién quiere casarse con mi hijo?» y desde este domingo será mitad hada madrina, mitad dulce brujita en «Un príncipe para Corina», la nueva apuesta dominical de Cuatro.
-¿Cualquier parecido entre este nuevo «reality» y los anteriores es prua coincidencia?
-Creo que no tienen nada que ver unos con otros. En este caso se tratra de un formato en el que priman los sentimientos y que busca el amor por encima de todo. A Corina realmente se le trata como a una princesa y a veces parecía que realmente estuviéramos en un cuento.
-Lo malo sería, al menos para el tema audiencias, que al haber finalizado la grabación del espacio y la «princesa» esté campando de nuevo por su Málaga natal, alguien desvelara si está o no comiendo perdices con alguien…
-Yo creo que los programas de este tipo los ve la gente porque se divierte con ellos. El mejor ejemplo de que saber el final no le importa al público es el de «Pasapalabra», ya que el día que se anuncia en la prensa que alguien va a ganar esa tarde el bote es cuando más gente ve el concurso.
-¿Le hubiera gustado haber cambiado esta vez su papel por el de Corina?
-Yo ya tuve mi cuento de hadas a los 21 años, como ahora Corina, cuando empecé a trabajar con Luis del Olmo en la radio. Ahora mismo no sé si aceptaría como ella ese papel porque con 36 años me veo diferente, con celulitis y como si fuera una persona mayor de vuelta de todo. Cada uno tiene el cuento que se le presenta y veo muy bien que ella haya aceptado protagonizar este programa.
-Al menos dicen que la experiencia es un grado…
-Desde luego. Cada programa es un aprendizaje para mí y yo ahora misao si hago radio me veo mucho mejor porque con la televisión he ganado un sentido del espectáculo que antes no tenía.
-¿Teme que la encasillen en este tipo de formato?
-No, yo soy una obrera de esta profesión y no tengo ningún miedo a que me encasillen, ni el espectador ni la cadena. Al público de momento le gusta lo que hago y además hago otras muchas cosas.
-Cosas como ese «Money Time» al que la audiencia parece haberle dado la espalda…
-La verdad es que la audiencia no acompaña pero nunca se sabe qué va a ocurrir y siempre te levantas por la mañana a buscar las audiencias a ver qué hemos tenido.
-Con «Password ocurrió todo lo contrario». ¿Lo echa de menos?
-Mucho. La verdad es que no entiendo que no regrese aunque supongo que será por algo que soy incapaz de ver.
-Será que el formato no ha encontrado un «príncipe» como Corina…
-El concepto príncipe no existe, es de cuentos. En la vida real no existe porque tú siempre crees que lo correto es lo que tú haces y nadie hace lo que tú. Sólo existen personas que se adaptan a ti y a las que tú te quieres adaptar también.
-¿Cuál es para uste el principal «cuento» en el amor?
-El enamoramiento del principio, porque luego te das cuenta siempre de la cruda realidad.
M. Arroyo