El actor español Javier Bardem reconoció su dificultad para encarnar personajes «muy poderosos» y defendió su gusto por interpretar dramas personales porque le ayudan a conocerse mejor como persona.
En una entrevista publicada hoy en la edición portuguesa del diario Metro, el recién nominado para los premios Oscar por su interpretación en «Biutiful» comenta que a través de «los otros» es posible «verse» y «comprenderse mejor».
«Soy actor porque, cuando hablamos de personas, mi curiosidad es enorme», explica el actor, quien «no entiende» la atracción por interpretar un papel «tipo súper-héroe». «Soy totalmente incapaz de relacionarme con un personaje que vuela», constata.
Bardem alabó también el papel del realizador mexicano Alejandro González-Iñárritu, con quien trabajó durante cinco meses en el rodaje de «Biutiful».
«A Alejandro sólo le gusta la perfección. Lo noté rápido en una de las primeras escenas que grabamos», señala el intérprete, quien recuerda que llegó a repetir algunas hasta 50 veces.
Para Bardem, en el rodaje de «Biutiful» se embarcó en un «viaje visceral» donde el trabajo del director mexicano fue esencial. «Alejandro es un gran escritor y gran realizador. Sabía que me iba a llevar bien. Entonces ya se sabe. Cuando me siento protegido, avanzo sin miedo».