El nuevo año que se aproxima va a ser políticamente un año electoral que va a dilucidar, sin duda, el rumbo de nuestro país en los próximos tiempos. Además, de las elecciones municipales y autonómicas en una mayoría de Comunidades Autónomas en el mes de mayo, se pueden sumar muy probablemente las elecciones autonómicas catalanas. Asimismo, a finales de año previsiblemente las elecciones generales.
Sin duda alguna, todas estas elecciones van a estar marcadas por la fuerte crisis económica que hemos sufrido en España y en Europa durante los últimos años. Si bien va decreciendo en intensidad, todavía deja huella especialmente en los bolsillos de los ciudadanos. Debemos ser conscientes que esa crisis económica ha ido pareja a la vez y va acompañada de una crisis de valores que puede tener repercusión en los próximos comicios electorales.
Digo esto porque desde las posiciones de izquierda, y especialmente desde la extrema izquierda, se van a intentar aprovechar de la crisis para hacer varios frentes, trasladando el frentismo a todas las instituciones políticas que puedan pero a la vez también llevar ese mismo frentismo a las calles de nuestro país.
Estoy seguro, que con este diagnóstico que les hago veremos tras los resultados de las elecciones locales un amplio frente popular municipal, con el objetivo de expulsar y echar al Partido Popular de la mayoría de las instituciones donde está gobernando en este momento. A renglón seguido y a raíz de esta circunstancia se aprovecharán de las elecciones municipales para crear también un nuevo frente desde Cataluña para intentar municipalizar la independencia, y que desde los diferentes nuevos ayuntamientos, mayoritariamente independentistas, se proclamen manifiestos en favor de la ruptura con España.
Es precisamente con estas fracturas, rupturas y frentismos en varios aspectos, como el de la Nación española o el de la propia Constitución en donde el espectro izquierdista va a aprovecharse de la crispación, la indignación, el malestar y el hartazgo hacia los políticos y la política en general de muchos ciudadanos. Con el objetivo de llevar a cabo su proyecto de crear un mapa frentista que rompa con los proyectos reformistas y constitucionalistas que los españoles nos habíamos dado desde la Transición a finales de los años setenta tras la muerte de Franco.
Desgraciadamente los grupos radicales y populistas de izquierda, unidos a los nacionalistas independentistas han visto con las crisis que vivimos en estos momentos que hoy España está más debilitada y frágil que nunca. España sufre hoy día una gravísima crisis de Nación esta situación se convierte en un verdadero filón de oro para atacar desde esas posturas radicales, populares y rupturistas a los principios de soberanía de nuestro Estado y que se une a un intento de crear desde el ámbito de toda la izquierda un nuevo mapa de posibles nuevas mayorías sociales que pretendan ser mayorías frentistas encaminadas a destruir lo que existe institucionalmente en estos momentos.
España ante este dramático reto que se avecina necesita partidos políticos fuertes, y dirigentes que sean hombres y mujeres de Estado que den tranquilidad, aseguren las inversiones internacionales en nuestro País y aseguren el bienestar y el futuro de España y los españoles. Es decir, todo lo contrario a la política del círculo asambleario, el populismo, la radicalidad y el frentismo.
Carlos Iturgaiz