miércoles, mayo 1, 2024
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Sentenciada la injusticia

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Tenían razón, la ley era injusta y el sufrimiento de las personas ahogadas por la desgracia del empobrecimiento, abandonadas a su suerte por los gobiernos, era no sólo innecesario sino una manifestación aberrante de la distancia puede presentarse entre los poderes públicos y las personas comunes. Este asunto de Europa al fin tiene un gesto decente con la ciudadanía y pone en su lugar una legislación abusiva que beneficiaba a las entidades financieras y perjudicaba a los ciudadanos.

Todos debemos sentirnos ofendidos por el sostenimiento fatal de tal legislación infumable, abusiva e inmoral

Tiene gracia, también, que algunos que en su día decían que era imposible el cambio en un asunto que chocaba simple y llanamente con la legalidad – esta legalidad denunciada-, ahora digan con cómodo cinismo que hay que actuar de inmediato. No es asunto baladí esto, y creo que es razonable que lo hagan, sí: pero que lo exijan y acto seguido cojan la puerta y se larguen.

La amarga verdad de todo esto tiene que ver con el sometimiento del poder político a la banda de los grandes banqueros, los mismos que se suben inmoralmente los beneficios económicos personales y aceptan con la mano siniestra las subvenciones públicas para costearlos y que, a la larga, pagaremos todos, ya lo verán. Que nuestros políticos no se pusieran en pie frente al drama social, tardando indecentemente en reaccionar hasta el punto de que haya tenido que ser la movilización social espontanea la que haya puesto en marcha, consiguiendo esta sentencia, una de las transformaciones legales de mayor calado social desde el inicio de la crisis, nos dice mucho de la sumisión a los abusos financieros y de la insumisión a las necesidades de los que padecen sus abusos.

Hoy, todos debemos sentirnos ofendidos por el sostenimiento fatal de tal legislación infumable, abusiva e inmoral. Lo dicen los fallecidos por la tragedia personal – a quienes recuerdo- que no encontró en la ley la protección al débil sino una herramienta para apoyar al poderoso. Y todo estamos a tiempo de reaccionar y seguir el camino que han señalado los ciudadanos ejemplares que unidos en una plataforma reivindicativa, han conseguido hacer de su movilización un éxito social para todos.

A ellos les corresponde el merecido reconocimiento de una sociedad que debe aprender la lección que estos ciudadanos nos han dado.

Rafa García-Rico – en Twitter @RafaGRico – Estrella Digital

Rafael García Rico

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