En unas fiestas navideñas sin la pasión de la Liga, el aficionado al fútbol se han tenido que ‘conectarse’ por televisión al maratón de una Premier sin vacaciones. Pero, sobre todo, para deleitarse con esa fábrica de sueños que todos los años nos ofrece el Torneo Internacional de Fútbol-7, que en esta edición se ha disputado en Arona, localidad al sur de la isla de Tenerife, cuna del jugador del momento del fútbol español, el canterano del Barcelona, Pedro.
He visto a través de Cuatro todos los partidos de este torneo para alevines. Igual que hace veintitantos años me ‘tragué en vivo’ por todos esos campos de la geografía futbolística madrileña como ‘padre de futbolista’ siguiendo a mis hijos Jesús Mari y Antonio. Era en esa edad en las que había que atarles las botas.
Los tiempos han cambiado. Ahora, según he visto en este torneo de Arona, estos alevines son unos maravillosos futbolistas que lo tienen todo para ilusionarse con colarse con altanería dentro de unos años en los primeros planteles del planeta fútbol.
Estos chicos de Arona también vienen empujando. Y serán como los Casillas, Xavi, Iniesta, Bojan, Fernando Torres, Silva, Mata, Canales, Muniaín…, porque vienen demostrando que también pertenecen a estas generaciones que han hecho de la selección española de fútbol un equipo que juega como los ángeles y se divierte con la frescura que sólo atesoran los niños.
Antonio Cubero