viernes, mayo 3, 2024
- Publicidad -

Vuelve el santo temor al déficit

No te pierdas...

La suma de los economistas y responsables de las políticas monetarias que advierten de los riesgos de una escalada del déficit público empieza a ser abrumadora. Hace pocas semanas Ben Bernanke dejó claro en una comparecencia en el Capitolio que hay que empezar a volver a la senda de la ortodoxia presupuestaria. A renglón seguido, el presidente Obama asumió el compromiso de poner punto final a la escalada de gasto y estrechar la diferencia entre gastos e ingresos. Y en Europa, tanto Trichet como la canciller Merkel, aunque no ocultan discrepancias, están de acuerdo en que es hora de parar la carrera del déficit e iniciar el retorno a los buenos fundamentos de la estabilidad.

Las apreciaciones de los dos banqueros centrales del dólar y el euro pueden interpretarse como de rebaja del nivel de alarma, algo así como el riesgo de inestabilidad por depresión o deflación no figura en sus preocupaciones inmediatas. Lo cual no es mala noticia, ya que podría interpretarse como punto final de la recesión, y apertura hacia una recuperación que puede ser larga y penosa, pero con punto final a la caída.

El Economist de esta semana destacaba en su portada «Deuda: la mayor factura de la historia», y representaba a un niño encadenado a una enorme bola representativa del déficit. Efectivamente, los gobiernos se han gastado durante estos dos últimos años, para paliar la Gran Recesión y la debacle financiera, lo que no está en los escritos ni estaba en ninguna previsión. Los países desarrollados han elevado en poco tiempo su deuda pública del 75 al 100% del PIB, y lo han hecho en condiciones muy favorables de tipos de interés, lo cual empieza a cambiar. Los tipos largos han iniciado una escalada hacia el 5% que advierte que la curva de tipos empieza a tomar desnivel, ángulo.

El «santo temor al déficit» del que hablaba Echegaray a finales del XIX, ingeniero de caminos, ministro de Hacienda y de Fomento y premio Nobel de literatura, vuelve ahora a escena aunque con una dimensión que hubiera sido insoportable en aquella época.

Donde no se habla de déficit, salvo para decir que hay hueco por llenar, es en España, con un Gobierno activista en materia de gasto y sin temor al déficit, que alguien tendrá que pagar, antes o después.

Fernando González Urbaneja

Artículo anterior
Artículo siguiente

Relacionadas

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -

Últimas noticias

- Publicidad -