viernes, mayo 3, 2024
- Publicidad -

Golpe

No te pierdas...

Hacía años que militares y civiles en Iberoamérica no ejercían el tradicional «deporte» del golpe de Estado.

Lo sucedido en Honduras es una excepción a la que no estábamos acostumbrados y que ha logrado por parte de la mayoría de los países iberoamericanos y europeos una solidaridad insólita.

Todavía no está muy clara la razón -o las razones- por las que el ejército hondureño tomó las armas y despertó al presidente, que dormía placidamente.

Tampoco está nada claro qué razones esenciales movieron a magistrados y diputados a colocarse en una parte de la trinchera.

El caso es que el proyecto ha fracasado estrepitosamente. Se trata ahora de saber hasta qué punto el ejemplo puede tener imitaciones o imitadores en el futuro inmediato o próximo y, sobre todo, qué adhesiones logrará a un lado y otro si es que llega a reproducirse.

Por de pronto, la tentativa hondureña ha fracasado espectacularmente y, si se quiere, ha fortalecido la posición de algunos países o regímenes para quienes la democracia y los derechos humanos constituyen una tentativa permanentemente amenazada. Una de las claves precisamente de esta tentativa ha sido sin duda la intervención intemperante de algunos países o regímenes como ha sido -no podía ser de otro modo- el bolivarismo de Hugo Chávez, primero enemigo acérrimo y ahora amigo de los «golpeados».

Chávez viene haciendo costumbre en los últimos años de participar en este tipo de proyectos y parece dispuesto a mantener el mismo tono de chulería castrense como seguramente el de sus colegas hondureños, que ahora deberán dar marcha atrás si es que desean sobrevivir al intento.

Bueno es que este golpe aparezca como una excepción y que haya logrado el rechazo de la mayoría de la comunidad internacional. Pero nada de esto asegura que en el futuro no pueda repetirse si es que las condiciones que lo promovieron se repitiesen o reconstituyeran.

¿Habrá terminado la etapa de los espadones y de los tiranos banderas en Iberoamérica? La tentación en estos momentos es atractiva. En el futuro la seguridad de una democracia estable es demasiado bella como para que sea posible. Por de pronto, el golpe de Honduras es un ejemplo que nadie, ni en Centroamérica ni en todo el continente, está dispuesto a repetir. Algo es algo, aunque a lo peor es nada y hay más días que garbanzos. Casi tantos como tentaciones.

Alberto Míguez

Relacionadas

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -

Últimas noticias

- Publicidad -