domingo, mayo 5, 2024
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Así serán los ‘bobbies’ de Carmena

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El próximo 31 de marzo se dará a conocer el nuevo proyecto de la Policía Municipal de Madrid, que viene envuelto en la polémica y el secretismo. A pesar del hermetismo, Estrella Digital ha podido saber que el Consistorio planea remplazar a la UCS -los antiguos antidisturbios- por la Unidad de Apoyo al Distrito, que hará las mismas funciones que su predecesora pero evitará intervenciones controvertidas como desahucios o manifestaciones.

La Unidad contra Delitos de Odio nacerá para luchar contra la xenofobia o la homofobia y la Unidad Ciclista para el Medio Ambiente verá aumentada sus efectivos. El Consistorio pretende implantar un modelo de Seguridad más cercano al ciudadano, algo que no ha sentado bien en el seno de la Policía Municipal.

La Unidad de Apoyo al Distrito contará con menos efectivos que la UCS y eludirá salir en la prensa por temas que comprometan la ideología de Ahora Madrid. Cualquier agente podrá solicitar una plaza en la nueva unidad, incluso los antiguos miembros de la UCS1 y la UCS2. La Concejalía de Seguridad también creará la Unidad Contra Delitos de Odio que tratará de evitar que se cometan infracciones de tipo racial o sexista.

Además del ‘baile’ de unidades, Carmena pretende que el Cuerpo Local se convierta en una policía más próxima y cercana e impregnada de pacifismo. Es decir, quieren transformar a los agentes en una especie de ‘bobbies’ españoles. “El nuevo modelo no va a funcionar, va a ser un fracaso. Es un modelo obsoleto”, afirman fuentes policiales.

Polémica tras polémica

El ayuntamiento también cambiará el uniforme de los agentes y los dotará de «mejores materiales», según aseguran fuentes sindicales. El color amarillo desaparecerá de los trajes para no crear confusiones con otros trabajadores públicos. En principio, las fuentes consultadas creen que será el azul claro el color que predomine en la nueva vestimenta de los policías municipales, que es el mismo que se ha utilizado en la recién estrenada flota de vehículos del Cuerpo.

Desde la llegada de Ahora Madrid al poder, casi no ha habido semana que no hubiera una polémica entre el Ayuntamiento y la Policía Municipal. La última se produjo hace apenas dos semanas, cuando el concejal de Seguridad, Javier Barbero, sufrió un escrache por miembros del propio Cuerpo Local. Los agentes se manifestaron en señal de protesta por la eliminación de la UCS y el caso acabó en la apertura de un expediente por parte del concejal de Seguridad. Abril puede marcar un punto de no retorno en la relación de los dos entes.

Será precisamente a comienzos de ese mes cuando entre en vigor el nuevo proyecto para la Policía Municipal del que tanto han presumido desde la Concejalía de Seguridad. Javier Barbero y su equipo pretenden que las fuerzas de seguridad municipales se conviertan en un cuerpo que «una y dé soluciones» a la ciudadanía. Sin embargo, algunos miembros sindicales afirman que quieren convertirlos “en una ONG”.

El primer síntoma de que algo va a cambiar dentro de la Policía Municipal se produjo la pasada semana durante la presentación del proyecto “Cuidamos Centro”. El plan engloba a 22 educadores sociales y a ocho policías municipales que patrullarán las calles de Lavapiés andando en lo que parece que será un programa piloto del nuevo proyecto que verá la luz a finales de marzo.

Según el plan, un total de 22 educadores y dinamizadores medioambientales desarrollarán con la ciudadanía madrileña tareas de información, sensibilización, educación medioambiental y orientación a fin de que se mantenga la limpieza y el respeto al medio ambiente en el distrito Centro. Los educadores, entre ellos personas que hablan wolof o bengalí, que se especializarán sobre todo en comerciantes inmigrantes de Lavapiés, tendrán contrato desde el primer día.

Sin efectivos

Por su parte, los sindicatos mantienen la prudencia sobre el nuevo proyecto de la Policía Municipal, aunque todos comparten la idea de que el policía “no es un amigo, es una autoridad”. Esta afirmación pretende responder al excesivo acercamiento que pretende realizar el consistorio entre la Policía y el pueblo.

Desde el CSIT explican que es “imposible” sacar adelante ningún proyecto sin efectivos. No ponen en duda la creación de nuevas unidades, pero sí cuestionan cómo serán capaces de dotarlas de agentes. “Hemos perdido mil policías en los últimos cuatro años y el 60% de nuestra plantilla está entre los 50 y los 65 años de edad y hay que tener en cuenta que a partir de los 55 el agente no puede realizar trabajo de calle. La situación es insostenible y las previsiones para el futuro no son muy esperanzadoras”, declara José Francisco Horcajo, miembro y representante del CSIT.

La falta de personal ha favorecido que durante los últimos años haya crecido sustancialmente la siniestralidad laboral. “La falta de libranzas y la excesiva carga de trabajo ha hecho que se multipliquen las bajas por estrés y por depresión”, explica Horcajo.

Además, la dotación de chalecos antibalas para todos los agentes de la Policía Municipal deberá esperar hasta comienzos de 2017, cuando se reciba la segunda partida de 2.500 chalecos. En octubre, se prevé recibir los primeros 2.500 y así hacer frente a una de las reivindicaciones históricas del Cuerpo Local. 

El nuevo proyecto para la Policía Municipal pretende implantar un nuevo modelo de Seguridad que no contenta a los propios implicados, los agentes ni a los sindicatos que además de no confiar en la metodología creen que es imposible llevarlo a cabo ante la escasez de personal.

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