jueves, mayo 2, 2024
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El yerno de Cerezo actuó con el sobrino para percibir el 15% del contrato del Atlético

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Raúl Pérez Acebo, yerno de Enrique Cerezo, también participó en la operación del cobro de un 15% de un contrato millonario que debía otorgar el Atlético de Madrid en 2011, según documentos en poder de este diario.

Por tanto, hubo plenario familiar en torno a un contrato de más de 15 millones para la remodelación del Wanda: por un lado el sobrino y el yerno del presidente del club, Kyomi Cerezo y Raúl Pérez Acebo, respectivamente. Y, de la otra parte, su tío y suegro, Enrique Cerezo.

Ninguno de ambos parientes del presidente del club Atlético de Madrid vio reprobable o incompatible el hecho de cobrar tal peaje como consultores de un contrato que venía derivado del imperio que maneja Enrique Cerezo. Máxime cuando el contrato incluía condiciones leoninas de coste y exclusividad, y con mínimas garantías sobre la solvencia y realidad de la prestación que tan caro debía pagarse.

El contrato exigía que la consultoría de sobrino y yerno de Cerezo tendría carácter de exclusividad para el contratista del Atlético de Madrid. El tándem sobrino/yerno no exigía una exclusividad universal con el licitador, “salvo en el cliente con el que se contrata este proyecto, es decir el club Atlético de Madrid; la consultora será para dicho cliente la única consultora que contrate”.

Es decir, si la empresa facturaba al club rojiblanco no podía zafarse del pago del 15% pactado, algo que como mínimo debía reportarles al menos 2,2 millones a los parientes de Cerezo, suma que podría elevarse tanto como aumentara la adjudicación del Wanda.

El contrato fijaba otras cláusulas no menos insólitas y ventajosas al límite para el dúo sobrino/yerno: si se rescindía el contrato, cobrarían igual peaje. Dos millones de euros por no hacer nada.

Y si lo deseaban los parientes de Cerezo podrían ceder o subcontratar a su antojo su privilegiado derecho al cobro de tal porcentaje de un contrato valorado en más 15 millones de euros, del que debían corresponderle más de dos millones. Más que un subcontrato lo que poseían era un pagaré, a tenor del contrato firmado, que podían traspasar sin control alguno.

La documentada participación de dos parientes de Cerezo por este diario en el mismo negocio vinculado a un macrocontrato con el Atlético descarta una hipótesis: no fue la obra aislada de un familiar osado y descontrolado. Está implicado el núcleo duro de la familia del presidente del club rojiblanco.

Carlos Quílez

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