viernes, mayo 3, 2024
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Rajoy se vuelve a encumbrar con los suyos y asegura que no habrá referéndum

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Mariano Rajoy ha salido ante los suyos a presumir de liderazgo y de su gestión al frente del Gobierno y del partido. No había oposición interna –y si hubo fue acallada- y todos a una han aclamado al líder que ha alardeado ampliamente de sus logros. Además, Rajoy ha aprovechado el discurso para marcar las líneas clave de lo que pasará a partir de ahora: los independentistas no celebrarán el referéndum y clama para que el diálogo lleve la “estabilidad” a España, en un mensaje directo al PSOE.

El PP ha utilizado el congreso para reafirmar a Rajoy ahora que las cosas funcionan, los datos económicos son buenos y se ha alcanzado una cierta estabilidad gracias a la abstención del PSOE. “La España de hoy no se parece a la España que recibimos, lo mires por donde lo mires”, ha descrito el presidente, aunque ha reconocido que no ha sido fácil llegar hasta aquí. “Ha sido difícil. Hemos pagado el precio del que dice la verdad y pone el remedio”, ha reconocido.

Quizá por eso, para encontrar calma en casa, retrasó dos años la celebración del cónclave, pese a que la excusa de las circunstancias electorales fue aceptada por todos. Y lo ha aprovechado. El presidente ha tardado en torno a media hora en salir del plenario montado en la Caja Mágica mientras los compromisarios e invitados le abordaban para fotografiarse con él. Rajoy estaba encantado haciéndose ‘selfies’ a diestro y siniestro mientras una nube de seguidores no se separaba de él. Muchos de los compromisarios han elogiado la arenga del presidente. «Ha sido un discurso bárbaro», explicaban a Estrella Digital algunos compromisarios. 

Rajoy ha pasado el trago amargo de recordar la labor de José María Aznar al frente del partido. Lo ha hecho casi al comenzar su discurso, con un párrafo que ha sonado a obligación de contenido y que ha hecho que las gradas se pensaran durante dos segundos si tenían que aplaudir. Las palmas han llegado, pero con escaso entusiasmo. No ha ocurrido lo mismo cuando el presidente ha citado a Rita Barberá, posiblemente la persona más aclamada del cónclave popular. 

«No habrá referéndum»

El presidente del PP, que ha hablado ante los representantes de otros partidos como Ciudadanos, Coalición Canaria o UPN, ha girado su discurso a presidente del Gobierno y ha marcado las líneas del Ejecutivo de cara a Cataluña. “Todo esto del proceso secesionista es un disparate”, ha sentenciado el presidente ante los suyos. “No vamos a tratar ni comerciar un proceso que lleva a la fractura de España” y a la liquidación de la soberanía nacional. Pese a la contundencia de sus palabras, Rajoy ha asegurado que están “dispuestos a negociar”.

Pero, además, ha marcado la estrategia que seguirá el Gobierno. “Hay que cambiar la dinámica” para ello, en primer lugar el presidente ha propuesto “recuperar a las instituciones para que estén al servicio de todos los ciudadanos no solo de los independentistas”. También ha pedido “reconstruir la cohesión interna” y buscar un “nuevo espíritu de concordia interior”. Ese es el camino para el presidente, pero ha dejado abierta la incógnita de cómo se llevará a cabo.

También relacionado con el diálogo, el recién reelegido presidente del PP ha pedido al PSOE que ponga de su parte para poder gobernar. “España necesita estabilidad y certidumbre. Y para ello, se necesita poder gobernar”, ha dicho en clara alusión a la necesidad de acuerdo con los socialistas, aunque ha hecho un recorrido por los pactos que ya se han alcanzado.

Aun así, lo ha dejado claro: no deshará las reformas que ha llevado a cabo. «Es un punto básico no deshacer lo ya hecho», ha dicho el presidente, «no hacer la contrarreforma», ha insistido. «Una cosa es mejorar y otra muy distinta es suprimir. Lo que funciona no se toca», ha sentenciado el presidente, que usó la misma explicación este sábado para justificar el mantenimiento de su directiva. 

Sin cambios

El 18 Congreso del PP acaba como empezó: con Mariano Rajoy como presidente del partido y María Dolores de Cospedal como secretaria general, y con el nombramiento oficial de Fernando Martínez-Maíllo como coordinador general, cuyas funciones ya ha comenzado a desempeñar. En todos  los discursos del fin de semana se ha repetido hasta la saciedad que se trata del congreso más abierto que ha celebrado jamás el partido porque se han presentado muchas enmiendas (más de 4.000), pero absolutamente nada que no estuviera previsto por Génova ha salido adelante.

También el hecho de que María Dolores de Cospedal pudiera volver a ser la ‘número dos’ de Rajoy. La batalla forzada desde los medios al mantenimiento de la ministra en el cargo de secretaria general sí que deja vencedores y vencidos a nivel interno, aunque nunca salgan a la luz. El papel discreto de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, en el congreso del PP ha dado buena muestra de ello: apenas ha hecho comentarios públicos ante los medios y no ha tenido ningún protagonismo en el cónclave, al tener sus funciones relegadas al Ejecutivo.

Cospedal ha ejercido su papel de secretaria general y se ha encargado de arengar a los compromisarios e invitados, mucho menos numerosos que este sábado por la tarde, cuando el presidente pronunció su discurso –aunque, hoy igual que ayer, ya se sabía lo que iba a pasar. La secretaria general se ha centrado más en los objetivos internos del partido.

Tenemos que recuperar a nuestros votantes perdidos. Vamos a recuperar la unidad del centro derecha español”, ha enunciado la secretaria general. “Somos la vanguardia y tenemos que aspirar a ser invencibles, porque somos el PP”, ha sentenciado como cierre de su intervención y como inicio de una nueva etapa de mayor tranquilidad para ella, con el poder asentado en Génova y en Moncloa.

Paula Pérez Cava

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