viernes, mayo 3, 2024
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La sorprendente confianza inglesa en Calatrava

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El famoso arquitecto español, Santiago Calatrava, se ha convertido en las últimas décadas en uno de los arquitectos más solicitados. Sin embargo, la polémica persigue constantemente al valenciano que parece no dejar nunca de tener trabajo. Las carencias estructurales y funcionales de sus edificios, el gran parecido entre todas sus obras así como los elevados costes del mantenimiento y el continuo deterioro de estas han hecho que todas las críticas positivas cambien y comiencen a jugar en su contra.

Sin embargo, en los últimos días ha recibido un encargo de los ingleses a través del cual el arquitecto se compromete a realizar una de las regeneraciones urbanas más grandes de Europa. De esta manera, y con un presupuesto de 9.838 millones de euros, Santiago Calatrava se embarcará en el plan de transformación de la Península de Greenwich que ocupará una superficie de 130.000 metros cuadrados. El terrero, que se llamará 'Peninsula Place de Calatrava', contará con una nueva estación de metro y de autobús, un teatro, un cine, así como bares, tiendas, apartamentos y hoteles. Además, contará con un puente que cruzará el río Támesis. 

El español sostuvo que es un «honor» para él «desarrollar este proyecto en el entramado de Londres» y explicó que para su diseño se ha inspirado en el «rico patrimonio arquitectónico» de la capital británica y en la «geografía tan especial» de la península de Greenwich.

Nuevo proyecto acompañado de polémicas

A pesar de esto, el reciente deterioro del auditorio de Santa Cruz de Tenerife parece no haber puesto en evidencia la reputación del arquitecto valenciano ya que ni las críticas por los sobrecostes ni los problemas en la ejecución de sus obras han influido en la decisión de los ingleses.

Los edificios de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, el aeropuerto de Bilbao, el Palacio de Exposiciones y Congresos de Oviedo o el Obelisco de la Caja en de Plaza de España de Madrid, son algunas de las obras del arquitecto que más polémicas han suscitado en los últimos años. Sin embargo, la lista no se acaba aquí.

El último edificio de Calatrava que se ha unido a esta lista de obras problemáticas es el auditorio de Santa Cruz de Tenerife, cuyas reparaciones ascienden ya a los tres millones de euros. Aunque el dinero no es el único problema ya que el arquitecto descuidó aspectos básicos como la acústica, las cabinas de sonido o la iluminación, esencial en un auditorio. Además, a estos problemas hay que añadirles el elevado coste de la edificación y los problemas de revestimientos. El trencadís, tan característicos de Calatrava, ha comenzado a desconcharse, mientras que las filtraciones  y las humedades son frecuentes.  

Sin embargo, una de sus grandes obras y, a la vez, una de las más polémicas es la que construyó en Valencia. La Ciudad de las Artes y las Ciencias se convirtió en el proyecto más deseado de la Comunidad Valenciana. A pesar de ello, los errores de cálculo, los sobrecostes y los retrasos empezaban a augurar la crónica de una muerte anunciada. En total, estas construcciones han supuesto a los valencianos una inversión de 1.282 millones de euros, más 974 millones que han supuesto los sobrecostes.

Los problemas llegaron cuando una mayoría de los edificios que forman parte de esta ‘ciudad’ comenzaron a desgastarse. En 2013, se desprendió el trencadís del Palacio de las Artes, a lo que se le unieron las filtraciones de agua en el Ágora, cuya reparación ha costado 80 millones de euros y que por falta de fondos no han podido terminar la cúpula.

Otro de los encargos más grandes que se le hizo a este arquitecto fue el aeropuerto de Bilbao. La polémica en torno a esta construcción fue que Calatrava se vio obligado a volver a remodelar su obra ocho años después, ya que en el proyecto inicial decidió no cubrir con un techo la sala de espera del aeropuerto.

No muy cerca de esta zona, se sitúa otra obra de Calatrava en territorio vizcaíno. En este caso, se trata del puente Zubi Duri que tuvo que ser reformado tras su construcción. El Ayuntamiento de Bilbao contrató a otro arquitecto para que añadiera unas pasarelas por la que pudieran andar los peatones sin resbalarse. Al parecer, Calatrava no tuvo en cuenta la meteorología de la ciudad que hizo que en más de una ocasión, algún viandante diera algún que otro traspié.

Sin embargo, no todas las polémicas se centran en nuestro país ya que lo mismo ocurrió con el puente de la Constitución en Venecia. En esta ocasión, el Gobierno de la ciudad decidió denunciar a Santiago Calatrava por haber tenido que poner 463.000 euros de más para arreglar las carencias de la obra. Al igual que ocurría en Bilbao, fueron numerosos los accidentes que sufrían los peatones y, además, presentaba una dificultad aún mayor, ya que sus escalones no dejaban acceder a los minusválidos en silla de ruedas. Algo parecido ocurrió en Holanda con tres puentes que se oxidaron en menos de un año y que ocasionó un gasto de 50 millones de euros.

Problemas en las infraestructuras y en los tribunales

Aun así, los problemas arquitectónicos no son solo los únicos contratiempos con los que tiene que lidiar Calatrava. En más de una ocasión, se ha visto obligado a acudir a los tribunales por haber sido demandado por el ayuntamiento o gobierno de la ciudad. De hecho, en Holanda, un concejal holandés exigió hace cuatro años a su Ayuntamiento que tomara medidas contra el arquitecto por el deterioro de varios de sus puentes.

Así pues, tener un Calatrava en una ciudad puede acabar convirtiéndose, además de en un proyecto caro y ambicioso, en una pesadilla para la ciudad. 

Andrea Morea

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