El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha dado luz verde a la construcción de un almacén de residuos radiactivos (Almacén Temporal Individualizado) en la central nuclear de Almaraz, ubicada en la provincia de Cáceres, que no es necesario. La fecha que marca el fin del permiso de explotación de los reactores de la planta y la capacidad de las piscinas que almacenan el combustible usado no justifican el desarrollo del proyecto. Así lo denuncian los ecologistas, que creen que se trata de una maniobra que servirá para prolongar la vida de la central más allá de cuarenta años con el objetivo de alargar la actividad hasta sesenta años. Ecologistas en Acción recuerda que las dos unidades de Almaraz producen para sus propietarios -Iberdrola, Unión Fenosa y Endesa- unos beneficios de un millón de euros diarios y sostiene que ese es el motivo que explica el empeño en mantener la central abierta. “Incluso con deficientes condiciones de seguridad”, añade la organización. El propio CSN ha confirmado que las centrales de Almaraz y Ascó operan con piezas de calidad defectuosa.
El permiso de explotación de los dos reactores de la central de Almaraz finaliza el 8 de junio de 2020 y a su vez se cumplen cuarenta años de su funcionamiento en 2021 y 2022, respectivamente. De hecho, según datos desprendidos del propio CSN, las piscinas de los dos reactores de la planta tienen capacidad de almacenamiento de residuos hasta enero de 2022 y hasta enero de 2023. “Dados los plazos, los responsables de Almaraz esperan tener el Almacén Temporal Individualizado disponible para 2018, antes de que expire el permiso de explotación, facilitando así la consecución de la prórroga de este permiso”, denuncia Ecologistas en Acción.
La organización ecologista cree que la intención del CSN es alargar la vida de la central hasta los 60 años puesto que insiste en que el “verdadero negocio” de las plantas nucleares para el sector eléctrico radica en mantener en funcionamiento las existentes el mayor tiempo posible. “En el mercado eléctrico español, el kWh de origen nuclear se paga el triple de lo que cuesta producirlo cuando la central ya está amortizada”, explica Ecologistas en Acción. “Lo que hace la central es anticiparse”, añade Carlos Bravo, experto en el sector y miembro de la consultora Salvia.
Un millón de euros al día
Los dos reactores de Almaraz producen para sus propietarias, las compañías Iberdrola, Unión Fenosa y Endesa, beneficios de un millón de euros diarios, de ahí la intención de evitar su cierre. “Lo que explica el empeño en mantener la central abierta contra viento y marea”, dice EA. Así lo ratifica también Bravo, que explica que al estar amortizada la central se convierte en una “máquina de hacer dinero”. “Las compañías eléctricas tienen muchísimo interés en alargar la vida de la central porque ya está amortizada y cada día de producción de electricidad gana un millón de euros aproximadamente. Ahora mismo las centrales nucleares están amortizadas porque han recuperado con creces la inversión que hicieron en su momento y gracias a que las hemos pagado todos los españoles durante las primeras décadas de funcionamiento a través de la tarifa eléctrica”, apunta Bravo.
Este diario se ha puesto en contacto con el Consejo de Seguridad Nuclear para conocer su postura. El organismo defiende que recibió una «solicitud de construcción», que su trabajo consiste en «elaborar los informes pertinentes, con las condiciones que debe llevar la construcción». Por otro lado, fuentes de la central nuclear de Almaraz aseguran a este diario que la capacidad de las piscinas de los dos reactores finalizan en 2018 y 2020. También añaden que los cuarenta años de funcionamiento de la central se cumplen en 2023.
Tanto Bravo como Ecologistas en Acción coinciden en que el Almacén Temporal Individualizado es necesario, pero más adelante, en el momento del desmantelamiento de la central tras el fin del permiso de explotación. “Bien podría empezar en junio de 2020. El Almacén Temporal Individualizado será necesario para proceder al vaciado de la piscina de combustible gastado, lo que se producirá más de dos años después del cese de explotación”, sostiene la organización ecologista. “Hay que tener en cuenta que las actividades necesarias para preparar el desmantelamiento y la elaboración del propio plan de desmantelamiento llevarán al menos dos años. Es decir, los responsables de Almaraz tendrán tiempo de poner en marcha el Almacén Temporal Individualizado para entonces”, añade. Bravo comparte la misma opinión: “Cuando se desmantele la central habrá que hacer un Almacén Temporal Individualizado, lo que no es necesario es hacerlo ahora”, concluye el experto. Para que finalmente salga adelante falta el permiso del Ministerio de Medio Ambiente y el del Ministerio de Industria.
Marina García-Rico