lunes, abril 29, 2024
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El fiscal derriba a dos alfiles en desuso

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Dos presidentes de la Junta de Andalucía, dos presidentes del PSOE, dos amigos en la vida política y personal y un solo destino. Un día después del abandono de Rita Barberá de su militancia en el PP para conservar el aforamiento en el Senado, la Fiscalía ha vuelto a actuar y ha solicitado penas de prisión e inhabilitación a José Antonio Griñán y Manuel Chaves por su presunta implicación en el caso de los ERE. Pero no es lo mismo, hace ya tiempo que ninguno de los dos posee el carné de su partido y ninguno de los dos ha hecho valer su propiedad sobre el escaño para beneficio de aforamiento porque ya no lo tienen. La Fiscalía trata de derribar a dos alfiles del PSOE en desuso. Chaves y Griñán son dos personajes amortizados del socialismo, apartados de la primera línea política y de su formación.

‘Clan de la tortilla’

Desde la famosa fotografía del ‘clan de la tortilla’-icono de refundación del PSOE a mediados de los años setenta- en la que aparecen Chaves y Griñán junto a otros históricos del socialismo como Felipe González o Alfonso Guerra, su carrera política ha ido unida y casi de la mano. Ambos dieron el salto de Andalucía a Madrid y encabezaron ministerios en la época de González. “Chaves sigue teniendo mucha relación con la vieja guardia del partido. Es muy amigo de Felipe González y de Alfredo Pérez Rubalcaba”, explican fuentes socialistas. Juntos regresaron también a Andalucía, donde los dos han ocupado prácticamente los mismos cargos. Ambos han capitaneado la Junta y los dos han dirigido la presidencia de su partido. “Casi siempre han estado de acuerdo, uno fue sustituto del otro sin dificultades”, añaden las mismas fuentes. Griñán forjó allí la mayor parte de su trayectoria política, mientras que Chaves volvió a dirigir ministerios, esta vez durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. De hecho, la marcha de Chaves de Andalucía en 2009 coincidió con la publicación de varias informaciones que señalaron la entrega de subvenciones supuestamente irregulares a una empresa de la que su hija era apoderada. Fue Griñán quien tomó entonces el mando.

Discrepancias por la pugna de Chacón y Rubalcaba

“El es un secundario del poder, de Chaves y de Susana Díaz”, apuntan fuentes socialistas. Tras su aterrizaje en la Junta de Andalucía Griñán comienza a hacer “trabajo de partido” junto a Susana Díaz, entonces secretaria general de las Juventudes Socialistas de la región. Con él, la actual presidenta de la Junta da el salto. Ocupa cargos en consejerías y en el Parlamento autonómico y además es nombrada secretaria de organización del PSOE-A. “Susana era una persona importante en el partido, supo moverse bien, tratar con la gente. Logró tener mucho poder interno”, dicen fuentes del PSOE-A. Díaz, junto a Griñán, decidió apoyar públicamente a Carme Chacón en la pugna contra Rubalcaba en el Congreso de Sevilla en 2012. Esta determinación visibilizó las discrepancias entre Griñán y Chaves, que defendió la candidatura de Rubalcaba.

Se desconoce si fue el detonante que provocó el deterioro de su relación, pero lo cierto es que en este momento apenas hay comunicación y trato entre ellos. Viven alejados el uno del otro y tras la celebración del Congreso de Sevilla comenzaron los problemas por su presunta implicación en el caso ERE. Buscaron refugio en el Congreso y en el Senado, pero llegaron imputaciones, dimisiones, abandono de cargos y bajas del partido. Hace tiempo que están atrapados en el enorme entramado judicial que compromete su futuro. Los ERE se cobran víctimas. El PSOE de Pedro Sánchez parece estar dispuesto a pagarlas y el de Susana Díaz a borrar la memoria para asegurar el futuro.

Marina García-Rico

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