La familia de Oswaldo Payá ya es española

«Los motivos no pueden ser otros que los que establece el Código Penal». De esta manera tan aséptica, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, intentaba zanjar en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros cualquier teoría que pueda explicar los motivos que han llevado al ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, a proponer la concesión de la nacionalidad española a la viuda y a los hijos del disidente cubano, Oswaldo Payá, que murió el 22 de julio de 2012 en un accidente de tráfico y por cuyo suceso fue condenado el dirigente de Nuevas Generaciones Ángel Carromero. Sea como fuere, Ofelia Acevedo Maura (viuda) y Rosa María y Oswaldo José Payá (hijos) ya son españoles. El Gobierno ‘popular’ ha dado luz verde a la petición.

Según ha aclarado la portavoz gubernamental, la concesión no responde a otras razones que satisfacer el deseo del cubano -que él ya la tenía de su abuelo-. La nacionalidad española se adquiere por carta de naturaleza, otorgada discrecionalmente por real decreto del Consejo de Ministros cuando en el interesado concurren «circunstancias especiales», ha explicado Santamaría. Y según marca la ley, ahora la familia Payá debe prometer fidelidad al Rey y obediencia a la Constitución, renunciando a su anterior nacionalidad.

No obstante, lo curioso de todo este caso, no es tanto la concesión de la nacionalidad, en cuyo derecho viene recogido, sino el momento elegido. Hasta la fecha no existen peticiones públicas de la familia del disidente cubano exigiendo la nacionalidad, sino que lo único que está registrada es la insistencia de la viuda y de los hijos al Gobierno español para que abra una investigación sobre la muerte de Oswaldo, a ojos de la familia, asesinado por el régimen castrista. Por el momento, el Ejecutivo de Rajoy ha echo oídos sordos a esta petición y da la sensación que con este movimiento lo único que pretende es contrarrestar.

Precisamente este viernes, el expresidente José María Aznar ha pedido que se abra una investigación para esclarecer las causas de esta muerte. Aznar se ha dirigido por carta a la Internacional Demócrata de Centro para que auspicie una investigación independiente sobre la muerte de Payá, al margen -dice el también presidente del Honor del PP- del juicio oficial que se hizo en Cuba y que condenó por homicidio imprudente a Carromero. En un principio, el dirigente de Nuevas Generaciones avaló la versión oficial de las autoridades cubanas, pero una vez que Exteriores consiguió un acuerdo para que pudiera regresar a España, cambió su versión y dijo que un coche les embistió por detrás, provocando que él se saliera de la carretera.

Hasta el momento sólo Esperanza Aguirre había reclamado abiertamente una nueva investigación. Pero el Ministerio de Exteriores ha asegurado en varias ocasiones que no le consta que ocurrieran así los hechos. Así pues, la respuesta de Margallo a este respecto ha sido la de aconsejar a Carromero que si tiene nuevas pruebas acuda a los tribunales a presentarlas. Al final no ha sido él, sino la familia de Payá la que ha acudido a la Audiencia Nacional en vista de que el Ejecutivo ‘popular’ no tenía intención de mover ni una ficha más. Es más, el hermano del disidente fallecido ya manifestó en su momento su descontento con la respuesta del Gobierno de Rajoy. Así pues, la familia decidió presentar una querella contra dos mandos del Ejército cubano a los que atribuía delitos de lesa humanidad. Petición que la Audiencia Nacional rechazó al entender que la nueva versión de Carromero no podía ser «verificada».

La opinión dentro del Partido Popular a este respecto ha sido muy dispar. Unos -como Aguirre y Aznar- siempre han defendido la versión extraoficial mantenida por su ‘cachorro’. Pero otros se han esforzado en acallar el tema. Tanto es así, que Carromero finalmente no se presentará como candidato a la presidencia del próximo Congreso de Nuevas Generaciones de Madrid que se celebrará a finales de este mes, pese a contar con los avalas suficientes. De puertas para afuera se insiste en la idea de que es una decisión personal, pero de puertas para adentro a nadie se el escapa que es una imposición de la dirección nacional dejarle fuera de la carrera.