El Gobierno y el PSOE aún están muy lejos de llegar a entenderse. El pacto de Estado es uno de los eslóganes más coreados en los últimos meses, pero nunca llega a fraguarse. Las posturas tan dispares que actualmente defienden Ejecutivo y oposición les hace distanciarse cada día más. Ambos hablan de disposición al diálogo, pero a la hora de la verdad apuestan por políticas antagónicas. Mientras el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, aboga por iniciativas más encaminadas a incrementar el gasto público para salir de la crisis, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, insiste en el mismo discurso que cuando llegó al Gobierno. «Tenemos que seguir reduciendo el déficit público porque de otra manera es imposible crecer económicamente y generar empleo», ha insistido Rajoy en la rueda de prensa que ha concedido este lunes en Moncloa junto al primero ministro italiano, Enrico Letta.
En términos similares a los empleados pocas horas antes frente al Comité Ejecutivo Nacional, el presidente del Gobierno ha vuelto a insistir, esta vez a micrófono abierto, en que su intención siempre ha sido y será dialogar «con aquel que se lo pida», pero con matices: «No volveremos a las políticas que nos trajeron hasta aquí», ha advertido Rajoy en clara referencia a las últimas propuestas planteadas por el principal partido de la oposición. En este sentido, el líder del Ejecutivo ha lamentado que le hubiera gustado que quienes ahora ofrecen acuerdo le hubieran apoyado en alguna cosa, aunque tampoco ha querido cerrar la puerta a nada en el futuro. «Ahora hay una magnífica oportunidad para que se apoye al Gobierno y llegar a un entendimiento», ha instado Rajoy, que ha mencionado las próximas reformas como la sostenibilidad de las pensiones, la administración local y el mercado único, como buenos momentos en los que el PSOE podrá demostrar su voluntad real de diálogo. «A nosotros no hay otra cosa que nos gustaría más», han admitido fuentes gubernamentales respecto a un pacto de Estado, «pero por el momento no nos han apoyado en nada», han rematado las mismas.
Las líneas del Gobierno están claras: seguir por la senda de la contención del déficit y de las reformas estructurales. Ahora de manera más «relajada y razonable» gracias a los ajustes realizados el año pasado, ha recordado Rajoy, pero la idea del Ejecutivo es cumplir con el Plan Nacional de Reformas (PNR) y el programa de estabilidad aprobado el pasado 26 de abril en el Consejo de Ministros y remitido ya a Bruselas. Según Rajoy, la ampliación de los plazos por parte de Bruselas para cumplir con el objetivo de déficit implica que no habrá que hacer «ajustes por importe de 18.00 millones más», es decir, ni subir los impuestos principales -como el IVA y el IRPF-, ni hacer más recortes en el gasto público. Ahora bien, Rajoy ha vuelto a abogar por las reformas tanto en el ámbito nacional como en el europeo: unión bancaria e integración europea. En este sentido, ha apelado a la necesidad de que se resuelvan «algunos problemas de liquidez» y ha asegurado que respalda la idea formulada por el presidente del BCE, Mario Draghi, de buscar fórmulas para mejorar la financiación de las pymes de la eurozona.
Rajoy rechaza utilizar el rescate bancario para financiar a las pymes
En otro orden de cosas, el presidente del Gobierno también ha advertido este lunes al secretario general de los socialistas, Alfredo Pérez Rubalcaba, que concretar el plan del PSOE de utilizar 30.000 millones de euros del rescate bancario del Mecanismo Europeo de Estabilidad para facilitar créditos que reactiven la economía real y permitan a las familias con dificultades renegociar sus hipotecas obligaría a España a someterse a las condiciones de los países rescatados. «Eso supone un cambio en la condicionalidad macroeconómica. El hecho de pedir recursos impone obligaciones a nuestro sector financiero y supondría algo parecido a las obligaciones que se imponen a otros países que han pedido dinero y que se conoce tradicionalmente como rescate», ha asegurado.
Frente a esta propuesta socialista, el jefe del Ejecutivo ha apostado por otras «fórmulas», como continuar la reestructuración del sector financiero; poner a disposición de las empresas 45.000 millones a través del ICO, que el Banco Europeo de Inversiones (BEI) ayude a las pymes, o ver cuáles son las fórmulas de financiación que estudia el Banco Central Europeo (BCE).
Elsa S. Vejo