La secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, escenificó con su entrevista con Mariano Rajoy este fin de semana lo que ya era un uso normal en la agenda oculta diplomática americana.
Desde hace unos meses el personal más discreto de la embajada estadounidense en Madrid está multiplicando sus contactos con los asesores cualificados en materia de inteligencia del PP. Se trata de citas discretas que a veces tienen lugar en el centro de Madrid y otras a decenas de millas de la costa, mar adentro.
Se trata de engrasar y volver a poner al día los contactos de inteligencia y seguridad entre el partido conservador español y la amplia comunidad del espionaje y la defensa norteamericana. “Nos están volviendo a llamar. Es un claro síntoma de que huelen que vamos a ganar”, asegura una de las personas del PP que han acudido a estos encuentros.
A los mismos no acuden políticos reconocibles del PP, sino más bien los “fontaneros”, muchos supervivientes de los procelosos tiempos de la era Aznar. Para ello se aprovechan también visitas a Estados Unidos, en las que se da acceso a instalaciones claves de la Defensa y la inteligencia.
El más llamativo de estos encuentros tuvo lugar hace varias semanas, en aguas del mar de Alborán. Un discretísimo grupo de tres personas del PP fueron embarcadas desde un helicóptero en el portaviones Georges H Bush, el más moderno de la US Navy. Es el único, además, que tiene el nombre de un ex presidente vivo (el padre del último Bush presidente). El modernísimo navío, una máquina perfecta de guerra dotada de una flota de cazabombaderos, marines y aviones AWACS, estaba en travesía a sus misiones en la guerra de Afganistán, para la que se posiciona en el Océano Índico.
Afganistán, la fuerza contra la piratería, los programas industriales de compra de armas (como el jugoso contrato para reemplazar a los vetustos harrier de despegue vertical), la lucha contra Al Qaeda, en Europa y en el Magreb, la agenda bilateral de Defensa está llena de temas de interés. Los espías no pierden tiempo.