Parece que Angela Merkel va a ceder en el consejo europeo de finales de esta semana, y aceptará, aunque con condiciones, ayudar a Grecia a salir del pozo económico en el que se ha metido el país heleno. Al menos eso dice el presidente de la Comisión Europea, Durao Barroso. Ha sido salir al pasado de las manifestaciones alemanas y empezar a calmarse los ánimos. Eso y el mercado de futuros de Wall Street que anuncia la senda positiva para el Dow Jones este martes.
Lo cierto es que las bolsas europeas han experimentado una tímida recuperación. Pero nadie olvida el susto de este lunes. Nadie confía en nadie en estos momentos. Tras la tempestad los mercados financieros europeos parecen haberse instalado en una calma chicha que, no obstante, no asegura nada. Al menos hasta que se despejen las dudas sobre el futuro de las «economías periféricas», las PIGS, el término despectivo acuñado por los colegas del Financial Times y del The Economist, que serán muy expertos pero tienen un peligro difícil de medir en estos momentos.
Y es que parece ser que, al final, impera cierto sentido común. Incluso en la «Gran Alemania». Tal y como decía ayer, si Merkel insiste en echar del euro a los países que incumplan el Pacto de Estabilidad, ocurrirá lo que dice tal vez la cabeza mejor amueblada no sólo de España, sino de Europa en estos momentos. Joaquín Almunia responde a Merkel: «eso podría significar el fin de Europa». Y lleva toda la razón del mundo. Tal vez por eso se haya conseguido cierto sosiego. Las bolsas superan ligeramente las ganancias y el euro se mantiene estable. Menos mal.
Por cierto, y en lo que a cuestiones domésticas se refiere. Conviene aclarar una cosa respecto a la cotización de SOS. Una vez levantada por la Comisión Nacional del Mercado de Valores, la negociación de este grupo de alimentación ha sufrido una estrepitosa caída. Y no se explica. Es un valor a comprar porque si, al final, el dueño de La Casera compra el 30%, tal y como se rumorea, el grupo alimentario tendrá un futuro asegurado. Y más. La Casera y SOS juntos, pueden convertirse en unos gigantes del sector. Y todo ello a pesar de la publicidad de Ruiz Mateos.