Sandra Bullock se ha reincorporado al camino del éxito pisando fuerte. El drama deportivo The Blind Side, donde interpreta a Leigh Anne Tuohy, una madre coraje que protege al problemático adolescente y genio del fútbol americano Michael Oher, le ha valido su primera nominación al Oscar, un premio en el que parte como favorita. La película ha arrasado en la taquilla estadounidense, convirtiéndose en la primera protagonizada por una mujer que rebasa la recaudación de 200 millones de dólares durante su primer fin de semana de estreno. Estas desorbitantes cifras sumadas a las conseguidas por La proposición concedieron a ‘Sandy’, como la llaman sus amigos, el título de estrella más rentable de 2009.
Bullock nació un 26 de julio de 1964 en Arlington, Virginia. Su madre, Helga Meyer, fue una cantante de ópera de origen alemán y su padre, John W. Bullock, un profesor de dicción. Gran parte de su infancia se desarrolló en Nuremberg, donde también participaba en espectáculos de coros infantiles. De vuelta en Washington, estudió interpretación en la East Carolina University, aunque abandonó la carrera para poder trabajar en televisión y teatro.
Su cara comenzó a ser conocida con el estreno de Demolition man en 1993, donde compartía cartel con Silvester Stallone y Wesley Snipes. Al año siguiente le llegaría la catapulta definitiva al estrellato con el filme de acción Speed, que resultó uno de los taquillazos de ese año, colocando también en el punto de mira de Hollywood a su protagonista, Keanu Reeves. Mientras dormías -por la que consiguió su primera nominación a los Globos de Oro-, La red, Tiempo de matar, Prácticamente magia o Las fuerzas de la naturaleza, entre otros títulos, le confirmaron su holgada posición en el corazón del público. La comedia Miss Agente Especial y su segunda parte volvieron a barrer las taquillas a nivel mundial, al igual que Amor con preaviso, en la que compartió plano y química con Hugh Grant. Fue entonces, volviendo a conocer las mieles de la taquilla, cuando Sandra Bullock gira 180 grados para fijarse en proyectos distintos y asumir papeles de carga dramática. Sus personajes en La casa del lago, Historia de un crimen y, muy especialmente, Crash (Oscar a la Mejor Película en 2005), componen buenos ejemplos de ello. A pesar de declararse enamorada de la comedia, resulta curioso que, finalmente, la reina del género romántico haya sido entronada por su trabajo en el drama.