Hasta ahora, Fidalgo y Toxo son los únicos que han presentado su candidatura. En 1999, cuando CCOO celebraba su VII Congreso Confederal también estaba previsto que ambos se enfrentaran.
Fidalgo era el candidato del secretario general saliente Antonio Gutiérrez, mientras que Toxo era la apuesta de la mayoría de las federaciones y uniones territoriales del sindicato.
Por aquel entonces, Toxo era secretario general de la Federación Minerometalúrgica (creada en 1995 tras fusionarse las federaciones del Metal y la Minería, y a la que se incorporó en 1998 el sector de las eléctricas).
Sin embargo, Toxo decidía retirar oficialmente su candidatura para no quebrar la unidad de la confederación sindical.
Esta vez Toxo no piensa retirarse de la lucha por la secretaría general, ya que -dice- cuenta con el 57 por ciento de los avales de los 1.001 delegados, «más que suficientes para ganar».
Además, asegura que Fidalgo no tiene «ni un 45 por ciento» de respaldo.
Fidalgo opta a su tercer y último (por ser extraordinario) mandato.
Desde el 15 de abril de 2000 es secretario general de CCOO, el primer sindicato del país por número de afiliados.
En abril de 2004, durante el VIII Congreso Confederal, Fidalgo fue reelegido por el 59 por ciento del sindicato, casi trece puntos porcentuales menos que en el VII Congreso Confederal, mientras que Agustín Moreno, líder de los Críticos, fue respaldado por el 30 por ciento.
Fidalgo decidía ampliar la Comisión Ejecutiva de 26 a 33 miembros (incluido él) y colocar al frente de una de las secretarías claves, la de Acción Sindical y Política Sectoriales, a Toxo.
Ahora las diferencias son insalvables, ya que Fidalgo afirmó en una entrevista con EFE que, si gana, intentará «disolver» la división que en «familias y capos» hay en el sindicato, porque las «bandas» son cosas de «adolescentes», en referencia a Toxo.
Para Toxo el sindicato está «parado» y «alejado» de los problemas de las pymes y de la sociedad, porque existe cierto «ensimismamiento» en los órganos de dirección confederales.