jueves, abril 25, 2024
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Banco de España dice que el envejecimiento condicionará la política monetaria

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Con una población envejecida el ahorro tendrá mayor peso que la inversión, lo que tirará a la baja de los tipos de interés permanentemente hasta un nivel en que rebajarlos podría tener efectos contractivos sobre la economía, según ha dicho en una conferencia sobre los retos del envejecimiento pronunciada este martes en el Centro de Estudios Monetarios y Bancarios de Ginebra (Suiza).

Esta situación dará también más margen a la política fiscal, si bien el gobernador ha avisado de que el envejecimiento no solo presionará sobre el gasto público, sino que también lastrará la recaudación de algunos impuestos, dado que cambiarán los patrones de consumo y se contendrán la inflación y los salarios.

Las implicaciones para el sector financiero pasarán por una menor concesión de crédito hipotecario y una mayor más demanda de productos financieros orientados a la obtención de liquidez en la jubilación, como la hipoteca inversa.

Esto podría derivar en un cambio de estructura del sistema financiero en la que tendrían una importancia creciente los fondos de inversión, de pensiones o las aseguradoras, que son los que están en mejor posición para ofrecer los productos más demandados.

Además, ha alertado de que unos tipos de interés permanentemente bajos podrían fomentar que los inversores asuman mayores riesgos, lo que les dejaría más expuestos ante posibles perturbaciones económicas, al tiempo que podría aumentar el endeudamiento con entidades no bancarias que son más vulnerables.

Todas estas transformaciones tendrán su origen en una caída de la natalidad, que sumada a un aumento de las esperanza de vida provocará que la población en edad de trabajar a nivel global crezca en las próximas décadas a un ritmo inferior al de la población total.

Hérnandez de Cos ha considerado que para compensar la pérdida de personas en edad de trabajar en Europa se necesitaría un flujo anual de 2,6 millones de personas anuales durante las próximas tres décadas, más del doble de lo que ha recibido en el pasado reciente.

Ha hecho referencia a las proyecciones de Naciones Unidas, según las cuales España contará en 2050 con tres personas en edad de trabajar por cada dos personas de más de 65 años, en comparación con los once activos que había en 1950 por cada persona mayor de 65 años.

Ha incidido además en que los migrantes serán también en algún momento jubilados, lo que limita el papel que jugará la migración para mitigar los efectos del envejecimiento de la población.

Asimismo, ha señalado que la incertidumbre de las proyecciones demográficas es considerable y que con frecuencia se ha infravalorado la evolución de la esperanza de vida, como ha ocurrido sistemáticamente en España. 

 

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