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La UE acepta un arancel del 10% para evitar una guerra comercial con EE.UU.

La Unión Europea está dispuesta a asumir un arancel general del 10% sobre muchas de sus exportaciones a Estados Unidos con el objetivo de evitar un nuevo conflicto comercial con Washington

Trump anunciando los nuevos aranceles
Trump anunciando los nuevos aranceles

Según ha informado Bloomberg, esta oferta europea llega en respuesta a la última propuesta estadounidense dentro del marco de negociaciones que ambas potencias mantienen para evitar el fin de la tregua arancelaria. El plazo límite vence el próximo 9 de julio, fecha en la que podrían activarse de nuevo los llamados “aranceles recíprocos” si no hay acuerdo.

El arancel del 10% funcionaría como una fórmula común para aplacar las exigencias del expresidente Donald Trump, quien ha endurecido su discurso proteccionista desde su regreso a la escena política. A pesar de considerar que este pacto favorecería ligeramente a EE.UU., la Comisión Europea cree que sigue estando dentro de márgenes aceptables para los intereses comunitarios.

Bruselas exige reducir la presión sobre sectores sensibles

A cambio de aceptar ese umbral del 10%, los negociadores europeos están intentando blindar sectores clave para su economía. En la mesa está la posibilidad de establecer:

  • Aranceles reducidos o exenciones para productos farmacéuticos, tecnología de semiconductores, aeronáutica y bebidas alcohólicas.
  • Cuotas específicas que limiten el impacto de los gravámenes más agresivos ya existentes, como el 25% sobre coches y piezas o el 50% sobre acero y aluminio europeos.

La intención de la UE es proteger su competitividad industrial frente a medidas que podrían tener un gran impacto en el empleo y la producción de varios países miembros.

Fisuras dentro del bloque europeo

Aunque existe consenso en evitar una escalada comercial con Washington, las posturas dentro del bloque no son unánimes. Alemania, con una economía fuertemente orientada a la exportación industrial —especialmente del automóvil— presiona para cerrar un acuerdo cuanto antes. Por su parte, Francia reclama un enfoque más equilibrado, que no sacrifique sectores estratégicos europeos en beneficio de una solución rápida.

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