lunes, abril 29, 2024
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Crisis: menos patrimonio pero más ‘superricos’

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No es una estadística sobre la riqueza, pero informa sobre la herida que la crisis ha supuesto para el patrimonio. Los datos del Impuesto sobre el Patrimonio que ha hecho públicos el Ministerio de Hacienda corresponden a 2014; se nota una ligera recuperación patrimonial, pero la herida de la crisis es profunda: los españoles han perdido el 27% del patrimonio que declaraban en 2007, al inicio de la crisis.

Somos un tercio más pobres, aunque no toda la riqueza ha sido tratada por igual. Nuestros patrimonios inmobiliarios han sufrido una brutal contracción: un 41% menos, mientras los valores financieros se han reducido la mitad, un 21,7% en los siete primeros años de la crisis.

La riqueza es financiera

La riqueza inmobiliaria es tan solo el 18% del patrimonio de los declarantes, mientras el 75% se concentra en capitales mobiliarios. Debe decirse que también existe, en esta materia, cierta brecha de género: las mujeres tienen su patrimonio en inmobiliario en mayor medida que los hombres y negocian con acciones en menor medida.

Todas las formas de patrimonio, desde el dinero a las actividades económicas, incluidos los seguros o los bienes suntuarios, han visto reducir su valor en medias del treinta y tantos por ciento. Sin embargo, el capital mobiliario sólo se ha reducido un 21,7%.

El capital financiero en el que se sostiene fundamentalmente la riqueza española se encuentra protegido en cierta manera de los vaivenes de la bolsa: el 53,3% del patrimonio esta sostenido en acciones que no se negocian, lo que revela el carácter conservador del ahorrador español.

Estos valores financieros protegidos de la volatilidad de los mercados no han sufrido, de hecho, la crisis: su valor solo ha caído en un 2%, mientras los que invertían en los mercados –un 30% del patrimonio- negociados han perdido alrededor de un 30%.

Aumentan los 'superricos'

Entre 2013 y 2014, quienes declaran patrimonios superiores a 30 millones de euros han aumentado el 8%. Pero si analizamos el comportamiento del Impuesto sobre el Patrimonio durante la crisis, la aparición de nuevo patrimonio alcanza niveles brutales: en 2007, tan sólo 233  declarantes reconocían más de esa cantidad; en 2014, el número ascendía a 508. En suma, las patrimonios más ricos se han más que doblado.

Este aumento de declarantes 'superricos' es notable teniendo en cuenta que el total de declarantes del impuesto se ha reducido en un 81%. De los casi un millón de personas obligadas a declarar en 2007 se han reducido a casi doscientas mil en 2014.

Que el inmobiliario, el depósito bancario y las acciones negociadas hayan sido los que han sufrido la crisis en mucha mayor medida que los capitales acumulados fuera de los mercados, explican el dramático deterioro de los patrimonios medios.

La evolución de los 'superricos' contrasta con la caída brutal del que podíamos denominar patrimonio de la clase media. En 2007, el 44,5% de los declarantes, alrededor de 436.000, declaraba patrimonio entre 300.000 euros y un millón y medio. En la declaración de 2014, tan solo lo hacían 50 mil personas. Una contracción brutal del patrimonio medio.

La desigual distribución territorial de la pérdida patrimonial

Como se ha dicho, en los siete primero años de crisis se ha reducido el 27% del patrimonio. Sin embargo, esta reducción no ha sido similar según Comunidades Autónomas.

Por ejemplo, Asturias ha visto reducir su patrimonio declarado en un 68,6% y Valencia en un 61%. Por el contrario, Cataluña, con una reducción del 15%, y Galicia, con una pérdida del 13%, serán las comunidades con menos pérdida.

No obstante, la evolución de los primeros siete años de la crisis ha modificado el  ranking patrimonial de las distintas comunidades autónomas. En 2007, Madrid encabezaba el patrimonio medio seguido por Murcia, Rioja, Cataluña y Valencia. Tan importante como este orden es que la diferencia en el patrimonio medio entre la primera y la quinta era de una vez y media.

En 2014, el orden es Madrid, Galicia, Valencia, Baleares y Murcia. Es decir, se certifica la desaparición de Cataluña entre las más ricas y el desplazamiento  de Valencia y Murcia, mientras aparecen Galicia y Baleares. La diferencia entre el patrimonio medio de la primera y la quinta es, en el último ejercicio conocido, de tres veces el doble que al inicio de la crisis. Casi todas las Comunidades parecen haber detenido el deterioro patrimonial con la excepción de Aragón, las dos Castillas, Extremadura y Valencia. Se confirma, en definitiva el alargamiento la concentración patrimonial que ha producido la crisis y el consiguiente alargamiento de la desigualdad. 

Miguel de la Balsa

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