En tiempos en los que aguzar el ingenio es fundamental para poder sobrevivir. Un grupo de actores y de consultores en formación de recursos humanos ha apostado por convertir lo que habitualmente era un trámite molesto y aburrido, como las charlas y conferencias empresariales, en representaciones teatrales en las que se trata de contar lo mismo pero de una forma más amena y divertida.
Ese es el fin que persigue «Cómicos Corporativos», una iniciativa que ha traído a nuestro país Rafeek Albertoni, co-autor del libro «Coaching para Trabajar de Fábula», que aporta claves para motivar y mejorar las relaciones laborales, siempre con el humor de fondo. Esas y no otras son las verdaderas intenciones de este proyecto pionero en España, después de haberse desarrollado con éxito desde hace seis años en Brasil y países de América del Sur.
Como Rafeek confiesa a Estrella Digital, se trata de «reciclar un taller de ocho horas en una hora y media», porque, como él explica, «después de dos o tres horas de cualquier exposición el cerebro ya no capta tanta información, mientras que el cerebro lúdico recibe mucho mejor las informaciones». Según él, «los trabajadores suelen ir a las habituales charlas empresariales de formación con cierta resistencia, porque creen saber lo que les espera, pero cuando llegan y ven sketches esa seguridad que tenían se rompe y no se dan ni cuenta de que mientras pasan un buen rato están aprendiendo».
Oferta «a la carta»
Empresas como Microsoft, ING o Multiópticas ya han contactado con «Cómicos corporativos», cuya máxima es hacer un programa formativo a la carta, según las necesidades del cliente. Así, la dinámica habitual suele consistir en que éstos contacten con esta iniciativa y les precisen qué es lo que quieren comunicar a sus trabajadores. En función de esos conceptos que quieren transmitirles, Rafeek elabora un guión con «sketchs» que contemplan esos valores y se lo reenvía. Si la empresa está de acuerdo comienza a prepararlo intentando representar «los puntos ciegos donde esa compañía cree que deben mejorar y mostrando los errores que cometen, de forma lúdica».
Las representaciones las llevan a cabo en auditorios de las empresas, si éstas son grandes y cuentan con ellos, o, si no es el caso, en hoteles o incluso teatros que alquilan sus instalaciones por las mañanas (el próximo 18 de junio, por ejemplo, van a llevar a cabo una presentación apra profesionales de Recursos Humanos en el madrileño Teatro Alfil). Eso sí, como puntualiza Rafeek, «por presupuesto, no podemos tener demasiada escenografía, por lo que ésta suele ser mínima y representa una oficina normal». A diferencia de las obras habituales, «Cómicos Corporativos» prefiere romper la «cuarta pared» que separa el escenario de los camerinos y se cambia de vestuario delante de todo el personal, «aunque por suuesto sin quitarnos la ropa principal, sino los complementos».
Baratos pero con currículum
Por todo ese montaje, en el que suelen emplear en torno a una hora y media, «Cómicos corporativos» no tiene un caché fijo, sino que cobra también en función de los presupuestos de esa empresa en cuestión. De esta forma su tarifa suele oscilar entre los 1.500 y los 3.500 euros por representación, incluyendo la charla que, al finalizar ésta, llevan a cabo en el propio escenario con los trabajadores de esa compañía, comentando lo que han visto. Por el momento, todas las que han utilizado sus servicios están encantadas con los resultados ya que consideran cumplido el principal objetivo de que su personal se sienta parte de un equipo integrado en un ambiente de trabajo agradable.
Rafeek Albertoni, que además de fundador de la empresa Ingenio Formación, que ha creado esta iniciativa, es actor, ilusionista y coach, licenciado en Económicas, suele contar para cada representación con otros dos actores, Jordi Vilalta, antiguo miembro de la Fura dels Baus y que ha trabajado incluso con Almodóvar («La piel que habito»), y Shanta San Millán, que lleva ya 18 años en el mundo del teatro. Además, y en base a lo que le hayan solicitado las empresas, contrata a expertos en formación de vendedores como asesores.
M. Arroyo