Banco Sabadell amplió capital en un 10% hace dos días, en un movimiento que ha pasado muy desapercibido. Así lo reconocen en la entidad catalana: “nuestros resultados se vieron bastante eclipsados por los de La Caixa y la posterior ampliación por el anuncio de Caja Madrid de salir a Bolsa”. Sin embargo, en un momento tan complejo para apelar a los mercados, captaron 410 millones de euros, que elevaron su core capital (porcentaje que mide los recursos propios de una entidad financiera, y es por tanto un indicador de solvencia) desde el 8,2% al 8,9%.
La operación ha sido tildada, sin dudarlo, de “oportunista” en la entidad. Todo un golpe de cintura de José Oliu, que se quita de un plumazo con amplitud las exigencias del Gobierno de tener un core del 8% en septiembre, así como abrió la puerta a multitud de especuladores bajistas que se habían cebado sobre el valor. Por cierto, de paso cumplen ya a día de hoy con las exigencias de Basilea III.
En el banco catalán hay satisfacción, ya que hubo una sobredemanda de 1,8 veces, lo que no está mal para los tiempos que corren, en una colocación liderada por UBS, quien, sin duda, no tuvo demasiado problemas en convencer a los hedge funds de que era el momento para adquirir títulos, deshacer cortos, e irse con la música a otra parte. Entre otras cosas, porque sin duda, UBS tiene como clientes a esos fondos especulativos.
El mensaje lanzado al mercado es de lo más oportuno. “Así, las agencias de rating suavizan un poco la tensión y hemos podido renovar 1.200 millones de euros en cédulas hipotecarias vencidas, a un tipo algo inferior que, por ejemplo, Banco Popular”.
Ahí está una de las claves: ¿aprovecharán la coyuntura de los mercados Popular, Bankinter, Banesto o Pastor para hacer una jugada similar a la del Sabadell? Quien más podría necesitarla, a priori, es Bankinter, que es quien más bajo tiene la ratio de capital del 6,7%. La entidad que comanda Pedro Guerrero tiene una bala en la recámara que es Línea Directa Aseguradora, que podría acabar en manos de Mutua Madrileña. No en vano, la nueva consejera delegada de Bankinter es María Dolores Dancausa, antigua directora general de la aseguradora y en Mutua está un viejo amigo de Guerrero: Ignacio Garralda. Esta es otra historia, aunque no cabe duda de que los bancos de negocio presentarán operaciones de este tipo a las demás entidades con renovados bríos.
Sabadell confirma que no realizará más ampliaciones de capital a medio plazo ni tiene prevista ninguna emisión de deuda en 2011. La evolución de los depósitos ha ido bien en 2010, con 5.600 millones captados, con una política de remuneración agresiva, “ligeramente por debajo del más incisivo, que es Santander”. Esperan captar la mitad este año, entre 2.800 y 3.000 millones de euros y así lo anunciarán en una reunión con inversores internacionales en Londres que se celebrará en dos semanas.
Mientras tanto, siguen las quinielas sobre nuevas adquisiciones del grupo catalán. La última es Catalunya Caixa, sobre la que reconocen el interés en el banco, aunque niegan conversaciones concretas. Habrá que ver, entre otras cosas, qué pasa con su presidencia, ya que Fernando Casado parece dispuesto a abandonar
José Oliu y Jaime Guardiola quieren colocar al Sabadell, cuando termine la crisis (que algún día lo hará, opinan los expertos) en una división mayor. Esta no es otra que la que juega el Popular. El tándem Oliu-Guardiola quiere dejar atrás definitivamente a los Bankinter y Pastor, jugando la champions del tamaño. Eso no pasa, sin embargo, por tragarse todo lo que los políticos quieren, y en esto de Catalunya Caixa se ve claramente la mano de un Artur Mas que no tiene la menor gana de que le nacionalicen una caja catalana en septiembre.
Manuel López Torrents