domingo, abril 28, 2024
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Las diez causas del cataclismo de ‘la Roja’

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La derrota de España frente a Italia puede coger a muchos futboleros por sorpresa. Sin embargo, lo cierto es que ‘la Roja’ da síntomas de claro declive desde hace años. Eso no quita para que, cuando llegan las grandes competiciones, muchos se esfuercen en intentar transmitir que todavía son los mejores de Europa con mucha diferencia.

Casillas levantó la última copa para este grupo hace cuatro años y desde entonces ya se podía intuir que el hambre de victoria no era la misma. Muchos señalarán a un solo hombre como el culpable de todos los males, según sean los colores que defiendan, pero lo cierto es que el ocaso de la selección se debe a muchas causas. Las diez siguientes son las principales:

La desaparición de los españoles en el Madrid y en el Barcelona. España jugó durante mucho tiempo con una columna vertebral marcada por la presencia de jugadores blancos, pero sobre todo azulgranas. Todos se conocían mucho más al compartir entrenamientos durante el año en su club y estaban acostumbrados a situaciones de máxima exigencia. En cambio, en el once de esta Eurocopa solo cinco futbolistas pertenecían a los grandes de España, mientras que algunos otros juegan en clubes de dudosa credibilidad como el Chelsea o el Manchester City.

La ‘retirada’ de Xavi y Villa. El equipo ya no sabe dormir los partidos con la posesión cuando los rivales atacan porque Cesc y Silva no están a la altura de los futbolistas a los que debían suceder. Asimismo, por mucho que Morata marcase tres goles en la fase de grupos, ni él ni Aduriz están preparados para echarse al equipo a la espalda porque no tienen el instinto asesino del ‘Guaje’ en los momentos complicados.

La acumulación de mediaspuntas sin capacidad de sacrificio. España pareció durante muchísimos minutos un equipo sin alma porque en el equipo no había jugadores especializados en el trabajo y en la presión. De hecho, muchos de ellos viven liberados de esas tareas en sus respectivos equipos, mientras que los años no pasan en balde para Iniesta. Por eso, Busquets se queda muy solo en el centro del campo y tiende a meterse entre los centrales para protegerse porque los laterales no paran de subir y no abundan las ayudas. Hay muchos espacios y en la transición ataque-defensa el centro del campo es un solar.

La desaparición del doble pivote. España venció en la Eurocopa con Senna en el centro del campo, pero las aportaciones de Iniesta, Xavi y otros jugadores muchos más jóvenes que los actuales ayudaban mucho más y el entonces centrocampista del Villarreal realizaba un mayor despliegue que  Busquets. Xabi Alonso y Busquets cogieron el relevo después y eso dio mucho equilibrio al equipo, pero con todos los respetos para Bruno, el centrocampista del Villarreal no admite comparación con el tolosarra, que decidió retirarse tras un Mundial al que ya llegó asfixiado por la edad. Por eso, hubo cambio de táctica, pero no tuvo el efecto deseado. 

La escasez de líderes en el vestuario. Casillas ya no manda igual desde el banquillo, pero lo que más nota este equipo es que la capacidad de dar cuatro gritos que tenían hombres como Puyol y Xavi no la poseen otros compañeros. Ramos y Piqué han intentado coger ese rol, pero se han encontrado con futbolistas con un carácter muy diferente a los que no han logrado influir.

La pérdida de la flor en la portería. Las derrotas frente a Croacia e Italia no se pueden achacar solo a la actuación de De Gea, ya que el de Illescas salvó varias ocasiones clarísimas frente a los transalpinos. No obstante, cuando al mejor Casillas el balón le rebotaba en el pie y se iba contra el palo, al actual Iker se le cuelan muchos goles absurdos y el cancerbero del United despeja al centro en la jugada del tanto de Chiellini.

El inmovilismo del seleccionador. Del Bosque dejó fuera de la lista a jóvenes prometedores como Saúl o Isco, mientras que Thiago y Koke se quedaron casi siempre en el banquillo. Jugaron los de siempre, salvo en posiciones en las que no había más remedio que cambiar, pero los mayores ya no tienen la sed de triunfos de hace ocho años.

La ausencia de alternativas de juego. Ningún estilo de juego es infalible y después de ocho años el resto de equipos ya sabe como contrarrestar las virtudes de España. ‘La Roja’ volvió a abusar del juego por el medio y Aduriz jugó demasiados minutos sin un extremo desbordante capaz de buscarle con sus centros. Lucas Vázquez es parte del futuro, pero el país necesita recuperar ese perfil de jugador para mezclar el juego.

La falta de humildad. La culpa de este aspecto no es exclusiva de los jugadores, puesto que los medios y la afición también coinciden en dar por ganados los encuentros antes de jugarlos. Los futbolistas viven en una nube en la que consideran que no tienen rivales y al final en el fútbol si se gasta un gramo de esfuerzo menos que el rival se paga muy caro, aunque la diferencia de calidad sea considerable. La España futbolera se mueve siempre en los extremos: antes siempre creía que iba a quedar eliminada en cuartos, pero ahora siempre se ve con la copa demasiado pronto. Toca encontrar el punto de equilibrio entre la crítica y el optimismo para próximos campeonatos.

La pésima preparación física. Muchos jugadores son incapaces de aguantar el ritmo de competición en campeonatos cortos en los que se juegan partidos exigentes cada pocos días. Algunos pagan muy caras las finales disputadas con sus equipos y eso se vio a las claras en el Mundial de Brasil y también en los últimos choques de esta Eurocopa.

Felipe Poza

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