viernes, mayo 3, 2024
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Zidane profana el Camp Nou en el homenaje a Cruyff

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Con valentía y un planteamiento eficaz, el Real Madrid de Zinedine Zidane ahogó en la noche del clásico la fiesta de un estadio, el Camp Nou, que anticipaba antes del partido una clara victoria de los suyos para brindarla a Johan Cruyff, cuyo fallecimiento sacudió hace unos días al mundo del fútbol y en particular al barcelonismo.

Todo estaba preparado para celebrar una gran fiesta azulgrana. Los ingredientes estaban servidos: por un lado, el eterno rival que llegaba debilitado al choque. Por otro, las ganas de honrar la memoria del mítico futbolista holandés, que marcó un antes y un después en la entidad catalana. Asombró primero al mundo como jugador e instauró una filosofía de juego como técnico. La apuesta por la cantera y el desafío de ejercer sobre el rival un fútbol de posesión, valores de los que presume en la actualidad en el Barça, fueron promovidos por Cruyff. Los recientes éxitos del club, también le pertenecen. Y la afición, consciente de ello, quiso brindarle un merecido homenaje.

El Camp Nou recibió a los suyos con un maravilloso mosaico y guardó un impoluto minuto de silencio en su memoria. En el minuto catorce, los seguidores aplaudieron sin cesar en honor al dorsal que lució el astro. Luis Enrique había dicho antes del encuentro que el mejor tributo a su figura sería una victoria de los suyos. Sin embargo, estaba escrito que llegarían Zidane, Benzema y Cristiano Ronaldo para aguar la fiesta.

En la rueda de prensa previa al partido, Zinedine Zidane dejó entrever que el planteamiento del partido sería similar al de los últimos choques: “No vamos a tener miedo”. Sin embargo, el francés sí modificó el posicionamiento del equipo. Desde el inicio el Real Madrid esperó atrás y otorgó el esférico al Barcelona. El conjunto de Luis Enrique tomó el control y fue mejor en la primera mitad, donde ambos conjuntos dispusieron de ocasiones. Tras el descanso, y pese al tanto inicial de Piqué, los blancos fueron mejores. El gol de Benzema colocó la igualada y ahí arrancó el asedio de los visitantes ante el destacado cansancio físico de los azulgranas. Ni la expulsión de Sergio Ramos, que pudo haberse producido en el minuto 20, puso freno al Madrid. Un centro de Bale y un disparo de Cristiano otorgaron a los blancos el triunfo en el Camp Nou cuatro años después. Y así, la racha del Barcelona de 39 partidos invicto llegó a su fin.

Dominio azulgrana

El encuentro arrancó con dos propuestas bien diferenciadas. Zidane abogó por Casemiro en la medular, como ya había probado en citas previas, para aportar consistencia y seguridad al equipo, además de liberar a Modric y Kroos. No obstante, el conjunto blanco no meditó en ningún momento discutir la posesión al Barcelona, que pese al decisivo duelo del próximo martes ante el Atlético de Madrid, lucía con su once de gala sobre el Camp Nou. La facilidad de toque llevó al conjunto de Luis Enrique a ejercer un dominio pausado al inicio, pero que se acrecentó con el transcurso de los minutos, cuando empezaron a surgir las primeras ocasiones.

La primera, en torno al minuto diez, nació de las botas de Claudio Bravo. El chileno golpeó el balón hacia la zona de Luis Suárez, en claro fuera de juego. El uruguayo, que intervino en la jugada, se marchó al área con el instinto propio de un nueve. Messi fue el que tomó el esférico y arrancó, para darle el último pase al uruguayo, que se trastabilló y no acertó a rematar. Ramos, que protestó el fuera de juego del delantero, recibía una tarjeta amarilla que podía condicionar el duelo. El Madrid, con un planteamiento claramente defensivo, tan sólo se asomaba con tímidas arrancadas de Bale y Cristiano. El dominio del Barcelona se traducía en una constante amenaza, que se saldaba con otra amarilla para los blancos, en esta ocasión para Carvajal.

Polémica y auge del Madrid

El conjunto blaugrana merodeaba el gol y cerca estuvo de lograrlo por medio de Rakitic. Un desafortunado despeje de Pepe dejó el balón muerto en el área, para que el croata disparara a placer. Keylor, en estado de gracia, reaccionó bien. Fue la antesala de la jugada polémica del encuentro. Messi recibió el esférico en la frontal y encaró a Ramos, que de forma manifiesta derribó al argentino. El colegiado no señaló nada y el estadio, que había rendido un minuto de profundo silencio por la reciente muerte de Johan Cruyff, estalló ante él. Las imágenes aclararon que no existió el penalti, pero sí una falta que debió suponer la expulsión del central andaluz.

A raíz de esa acción el partido se descontroló, una situación que supo aprovechar el Madrid para dejar su huella. Si en defensa el conjunto de Zidane mostraba un 4-5-1 con Benzema como hombre más adelantado, en ataque la referencia eran siempre las bandas. Rápido y la contra, así llegó la primera ocasión de los blancos. Cristiano se deshizo de Mascherano y probó suerte con la zurda aunque sin fortuna. Tuvo otra ocasión alcanzada la media hora, pero sin excesivo peligro sobre la meta del chileno. El Barcelona mantenía su dominio, con los laterales abiertos y con la idea de dar profundidad al encuentro. Sin embargo, el asedio de los primeros minutos desapareció.

Un disparo de Alves desde la frontal y poco más de los azulgranas. El Madrid, con el papel de menos favorito, pudo haber tomado ventaja al filo del descanso. Un balón de Bale llegó a Benzema, que aguardaba completamente sólo en el área rival. El francés, que presume en muchas situaciones de su talento, fue incapaz de enganchar bien el balón tras su bote y su remate se marchó alto. Fue la última acción destacada del encuentro antes de que el colegiado ofreciera quince minutos de tregua.

Piqué golpea a balón parado y Benzema responde

Tras el descanso, la intensidad del encuentro creció. Ambos equipos saltaron con la intención de deshacer la igualada y pronto iban a apreciarse los frutos de esos planteamientos ofensivos. Los esquemas permanecían intactos, con el Madrid lanzado al área rival en tres o cuatro toques y con el Barcelona siempre al mando. Tras varias llegadas, el Barcelona dio el primer susto serio. Más bien Messi, que levantó el balón a la escuadra e inmediatamente el estadio coreó su nombre. Pero el argentino no pudo batir a Keylor, que voló y mano cambiada evidenció su idílico momento. A pesar del gran porcentaje de posesión de los azulgranas, el tanto llegó a balón parado.

Piqué se emparejó con Pepe, con la ayuda de Neymar, que permanecía bien cerca del luso. Tras el saque de Rakitic, Gerard se movió hacia el primer palo y el portugués, que tuvo que esquivar al brasileño, perdió su marca. El central del Barcelona remató cómodo y abrió la lata. Tras el tanto, quedaba atisbar cuál iba a ser la reacción del Madrid. Y se vislumbró bien pronto. Marcelo, más pendiente del ataque, partió desde la izquierda y se fue hacia el centro, hasta servir un buen balón a Kroos. El alemán, con cierta fortuna, logró que su envío cayera a los dominios de Benzema, que de forma acrobática hizo el empate.

El partido tomó cierta equidad. El Madrid se atrevió más y Bale, desde la frontal, pudo poner por delante a los blancos cuando restaban sólo veinte minutos. El cansancio afloró en la figura de los jugadores, sobre todo en la de los locales, y los entrenadores movieron ficha. Luis Enrique metió a Arda Turán en detrimento de Rakitic y Zidane apostó por Jesé (en lugar de Benzema) para aprovechar la verticalidad del canterano.

Asedio blanco con un hombre menos

Varios futbolistas del Barcelona, agotados físicamente, renunciaron a defender y las consecuencias para su equipo fueron nefastas. El Madrid llegó de forma continua y con la sensación de que el tanto era inminente. Bale anotó de cabeza sobrepasado el minuto 80, pero el colegiado anuló el gol por falta en el salto sobre Jordi Alba. Apenas dos minutos después, Cristiano impactaba el balón contra el larguero. El Camp Nou yacía enmudecido ante la constante amenaza del equipo de Zidane, que al final encontró su premio. El galés envió un centro largo a Cristiano, que se benefició del error de Alves y bajó el esférico con el pecho, para después batir a Bravo e instaurar el 1-2 decisivo que quiebra la racha triunfal del Barcelona.

FC BARCELONA: Bravo; Alves, Piqué, Mascherano, Alba; Busquets, Rakitic (Arda Turan, min.74), Iniesta; Messi, Suárez y Neymar.

REAL MADRID: Navas; Carvajal, Pepe, Ramos, Marcelo; Casemiro, Kroos, Modric; Bale (Lucas Vázquez, min.90), Benzema (Jesé, min.78) y Cristiano Ronaldo.

Goles

1-0. Min.56, Piqué.

1-1. Min.63, Benzema.

1-2. Min.85, Ronaldo.

Árbitro: Hernández Hernández (C. Las Palmas). Amonestó a Suárez (min.27), Mascherano (min.29), Rakitic (min.58) en el FC Barcelona y a Carvajal (min.17) en el Real Madrid. Expulsó con doble amonestación a Sergio Ramos (min.10 y min.84) en el Real Madrid.

 

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