Hay derrotas esperanzadoras, y la de Rafael Nadal en Roma ha podido ser una de ellas. Por séptima ocasión consecutiva, el balear ha sido inclinado por Novak Djokovic. Pero el español ha dado un paso al frente y ha llevado al límite al indiscutible número uno. La próxima parada es Roland Garros, un escenario que se asemeja a las condiciones de Roma. Es el objetivo más ansiado del serbio, el único que le falta por añadir a sus vitrinas. Pero ahora tiene una preocupación más, saber que en París tendrá la oposición del nueve veces campeón.
La tierra batida al rescate
Nadal se reencontró con su mejor nivel en el inicio de la gira europea de arcilla. En Montecarlo aprovechó la tempranera e inesperada derrota de Djokovic ante Vesely para alzar el título, tras dejar por el camino a Wawrinka y Murray, entre otros. No satisfecho con su enésimo trofeo en el Principado, rompió la racha de Nishikori en Barcelona y levantó su noveno Conde de Godó. Madrid fue la tercera estación, donde la sombra del serbio no surgía hasta la final. Sin embargo, el español tropezó antes, frente al número tres del mundo.
Las sensaciones en la capital española no fueron positivas. La derecha de Nadal se encogió por momentos y su servicio no acompañó. Sin embargo, no preocupó en exceso, pues Madrid era la cita que menos se asemejaba a Roland Garros. Roma, a nivel del mar, sí presentaba unas características más similares a las que los tenistas se encontrarán en París. Y Nadal, en Italia, ha vuelto a exhibir su mejor nivel. El español inclinó al temido Kyrgios, pero el cruce anticipado con Djokovic en cuartos de final no le ha permitido seguir su avance.
Una derrota que fortalece
Hace diez días Toni Nadal expresó que ningún jugador del circuito querría medirse al indiscutible número uno del mundo. Palabras que refrendó su sobrino en una rueda de prensa en Madrid. El destino les ha cruzado en la última prueba antes de Roland Garros. Y ambos pueden estar satisfechos con lo que ha sucedido sobre la tierra batida del Foro Itálico. Djokovic firmó la victoria (7-5 y 7-6), pero Nadal sale reforzado. El español acumula siete triunfos consecutivos sin derrocar al tenista de Belgrado, sin siquiera robarle un set. Pero cada vez está más cerca.
El manacorense ha estado a la altura y ha llevado al límite a Djokovic. Ha tomado la iniciativa con su ‘drive’, ha variado las alturas, y, lo más importante, ha sido agresivo. El español fue el primero en anotarse el ‘break’ en ambos sets, aunque fue incapaz de sostener su ventaja. El español demostró ser uno de los mejores restadores del circuito, aunque su servicio sigue sin brindarle ‘puntos gratis’. Aunque su asignatura pendiente reside en la dificultad que atraviesa a la hora de afrontar los momentos más decisivos.
Ante Murray en Madrid, Nadal desaprovechó numerosas opciones al resto, casi siempre debido al potente servicio del británico. Ante Djokovic, Rafa ha errado también con el saque de su lado. Pudo colocarse 5-2 arriba en la primera manga, pero el serbio demostró el por qué de su hegemonía en la cima del ranking. El balear tuvo en su muñeca forzar el tercer acto, pero no convirtió ninguna de las cuatro bolas de set de las que dispuso. Algo que el balear no puede repetir si el destino de nuevo le empareja con Djokovic en París.
Nadal, principal oposición a Djokovic en Roland Garros
El serbio dominó todas las facetas del juego y evidenció que aún está un escalón por encima. No obstante, afrontará la cita de París con la sensación de que Nadal está capacitado para hacerle frente. Una preocupación que hace tres meses no tenía en mente. Roland Garros es la cita más ansiada por Djokovic: es el último grand slam que le falta por añadir a sus vitrinas. Y además, tiene en mente la posibilidad de conquistar todos los ‘majors’ en una misma temporada.
Con Roger Federer aún renqueante de sus molestias en la espalda, tres nombres emergen con fuerza: Andy Murray, Kei Nishikori y Rafael Nadal. Los tres han puesto en aprietos al número uno en los últimos días, aunque la figura del español suena con mayor fuerza. El dominio del español en París, donde sólo ha perdido en dos ocasiones (2009 ante Soderling y 2015 ante Djokovic) convierte al balear en segundo aspirante a conquistar el trono.
Alberto Puente