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Fallece el ex jefe de la Casa Real, Sabino Fernández Campo

Su viuda, María Teresa Álvarez, y sus hijos acompañan en la sala 17 del tanatorio al féretro con los resto mortales de Fernández Campo, que el pasado día 12 fue intervenido quirúrgicamente de una afección intestinal en la clínica Rúber Internacional. El cuerpo del fallecido fue trasladado esta madrugada desde la clínica hasta el tanatorio. El funeral de Sabino Fernández Campo se oficiará mañana, martes, a las 17.30 horas en la Catedral de Oviedo tras una ofrenda floral previa ante el gran busto del ex jefe de la Casa del Rey situado en un lateral del Parque de San Francisco, en el centro de la capital asturiana y será inhumado este martes a las 18.00 horas en el cementerio de San Esteban, en Oviedo.

La reina, que visitó a Fernández Campo durante su ingreso en la clínica Rúber, ha telefoneado esta mañana a la viuda para expresarle sus condolencias, al igual que el alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo. Es posible que el Ayuntamiento de la capital asturiana organice mañana un homenaje en honor al ex jefe de la Casa del Rey ante el monumento dedicado a su figura, en el Parque de San Francisco.

A su llegada al tanatorio, María Teresa Álvarez, visiblemente afectada, ha señalado que su único consuelo es pensar que "Sabino murió sin dolor" y vivió "91 años plenos".

Se recuperaba de una operación

Fuentes de la familia han informado del fallecimiento de Fernández Campo, que se recuperaba satisfactoriamente de la operación cuando, el pasado jueves, su estado empezó a empeorar, al complicarse el problema intestinal con una insuficiencia respiratoria originada en el pulmón donde hace unos meses había sufrido una hemorragia en la pleura.

El estado de salud de Fernández Campo empeoró gravemente durante la tarde del domingo y fuentes de su familia concretaban que no tenía fuerza y que estaba prácticamente en el final.

Sabino Fernández Campo, Conde de Latores, título con Grandeza de España que le otorgó Don Juan Carlos en abril de 1992, fue secretario general de la Casa del Rey entre 1977 y 1990, año en que ascendió a la jefatura de esta institución, en la que permaneció hasta el 8 de enero de 1993, momento en que el Monarca le nombró consejero privado vitalicio.

Su intensa y larga trayectoria en la Casa del Rey, durante la que participó en la educación del Príncipe de Asturias, se caracterizó por una impecable discreción, por su silencio y prudencia en todos los asuntos relacionados con la Familia Real.

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