Desmantelan una red criminal que blanqueaba 400.000 euros diarios mediante la compraventa de oro y plata

El dinero, procedente de actividades ilícitas, se camuflaba mediante operaciones con metales preciosos como oro y plata.
Una red perfectamente engrasada, con conexiones en varias provincias españolas, capaz de mover —y blanquear— hasta 400.000 euros diarios. Así operaban las dos organizaciones criminales desarticuladas por la Guardia Civil en el marco de la operación “Fenicio-Diávolo 24”, una investigación de gran calado que ha sacado a la luz un complejo entramado de empresas pantalla, testaferros, rutas de transporte y fundiciones.
Empresas pantalla, testaferros y oro de origen dudoso
La investigación arrancó en abril de 2024, cuando se detectó que varias empresas cordobesas recibían a diario grandes cantidades de efectivo, que posteriormente se utilizaban para adquirir oro —en muchos casos de origen irregular—, que era introducido en el mercado legal a través de empresas del Parque Joyero de Córdoba.
La estructura estaba diseñada con precisión quirúrgica: una oficina central en Córdoba actuaba como cerebro financiero de la operación, coordinando la entrada de dinero en efectivo, su transporte, y la adquisición de metales preciosos. Madrid, Salamanca y Zamora figuraban entre los puntos logísticos clave para el movimiento de fondos.
Una vez desvinculado de su origen ilícito, el dinero circulaba mediante transferencias aparentemente legales, cerrando así un circuito que blanqueaba millones con apariencia de normalidad contable.
La red asiática: violencia, drogas y evasión fiscal
Lo más preocupante llega cuando se revela la identidad de los “clientes”. La organización que entregaba el efectivo era de origen asiático y estaba implicada, según los investigadores, en actividades violentas, tráfico de drogas y, posiblemente, evasión fiscal a través de negocios que declaraban beneficios muy por debajo de los reales.
Recogían diariamente dinero en metálico de numerosos comercios asiáticos repartidos por el país. Una práctica que, a ojos de los agentes, podría esconder también delitos relacionados con la falsedad contable y la omisión de ingresos reales en sus declaraciones fiscales.
Una vez completado el ciclo de blanqueo, los fondos “limpios” eran enviados a empresas extranjeras, muchas de ellas con sede en países de escasa colaboración internacional, como China, lo que complica el rastreo posterior del dinero.
Registros, armas y millones intervenidos
La fase de explotación se llevó a cabo simultáneamente en cinco provincias: Córdoba, Madrid, Zamora, Salamanca y Sevilla. Se practicaron 20 registros y se inspeccionó incluso una fundidora de metales preciosos en Paracuellos de Jarama.
El resultado:
- 615.935 euros en efectivo intervenidos
- 12,5 kilos de oro (valorado en 1,15 millones de euros)
- 15,2 kilos de plata
- Numerosas joyas de origen aún desconocido
- Dos pistolas, munición, ocho contadoras de billetes y ocho vehículos, dos de ellos con compartimentos ocultos
Además, han sido investigadas seis personas más y ocho empresas, todas con sede en Córdoba, que habrían sido utilizadas como tapadera o canal de blanqueo.
Una investigación en marcha y con más detenciones posibles
El caso está dirigido por el Juzgado de Instrucción número 8 de Córdoba y ha contado con el trabajo conjunto del Equipo de Delitos Económicos de la UOPJ Córdoba, junto con la UPJZ Andalucía (CRAIN) y el Grupo de Blanqueo del Narcotráfico de la Unidad Central Operativa.
A día de hoy, la operación sigue abierta. Los agentes aún analizan miles de documentos y materiales incautados, mientras no se descartan nuevas detenciones ni ramificaciones internacionales.
Un golpe que pone de relieve cómo las redes criminales saben disfrazar de legalidad lo que en realidad es puro crimen financiero. Y cómo el oro —ese valor seguro por excelencia— puede convertirse también en la herramienta perfecta para lavar millones.