Japón interviene el precio del arroz para paliar la escalada de su precio

Las crisis alimenticias no son algo extraño dentro de la historia de Japón, pero lo que ha ocurrido en los últimos meses con el precio del arroz no se había producido ni durante la época más dura de la pandemia de COVID-19.
El verano pasado, el Gobierno emitió una alerta especial por la posibilidad de un terremoto a gran escala en la fosa de Nankai, y eso provocó un incremento de la demanda de arroz como nunca antes. Como consecuencia, el arroz ha empezado a escasear y sus precios se han disparado.
El Gobierno ordena liberar parte de la reserva nacional de arroz
Los consumidores japoneses pasaron por un episodio de compras de pánico el pasado verano y las estanterías de los supermercados quedaron vacías de arroz, un alimento fundamental dentro de la que es la dieta habitual en el país.
También se ha notado la escasez de arroz debido a que las cosechas de los últimos años han sido más reducidas por las altas temperaturas, y por el incremento del turismo, que ha disparado todavía más el consumo.
Los precios comenzaron a subir el año pasado en un contexto que ya era de inflación generalizada. Como resultado, el arroz se ha encarecido un 90 %.
Tras 18 meses consecutivos de subidas, el precio del saco de 5 kilos de arroz experimentó una ligera bajada durante la primera semana del mes de mayo, quedándose en 4.214 yenes (25,78 euros).
Para intentar paliar el problema, el pasado mes de marzo el Ejecutivo nipón decidió liberar al mercado general 210.000 toneladas que forman parte de la reserva nacional de arroz. En la actualidad, el país tiene cerca de un millón de toneladas de arroz en su reserva estratégica, lo que representa más o menos una séptima parte del consumo anual.
El Gobierno ha firmado contratos directos con los grandes minoristas para venderles parte de las reservas nacionales producidas entre 2021 y 2022, para que se puedan comercializar a partir de junio y a la mitad del precio de mercado actual.
La demanda fue tan alta, que el sistema de solicitudes se tuvo que interrumpir durante la noche del martes al miércoles. En tan solo una jornada, se cubrieron dos tercios de la cuota de arroz prevista para estos contratos.
Cadenas de supermercados y tiendas como Aeon, Don Quijote y la firma de comercio electrónico Rakuten ya están preparados para empezar a vender este arroz a partir de la próxima semana. Estos han podido acceder a las reservas a través de licitaciones por subasta pública.
Shinjiro Koizumi, el recién estrenado ministro nipón de Agricultura, ha señalado que "debemos transmitir al mercado el mensaje de que no descartamos ninguna opción". También ha asegurado que la liberación de arroz "aumentará la oferta y frenará las subidas anormales de precios".
La situación en otros países
El arroz representa el 40 % de la dieta japonesa. Se trata de un alimento básico cuya escasez y subida de precio está provocando una importante crisis en Japón.
Pero fuera de las fronteras niponas la situación es justo la contraria. El arroz blanco tailandés acaba de firmar su nivel más bajo desde principios de 2023.
La India, que es el mayor exportador de arroz del mundo, levantó las restricciones a los envíos el año pasado, y eso ha beneficiado a la oferta mundial.
Sin embargo, Japón sigue aplicando aranceles especialmente altos a las importaciones de arroz de más de 100.000 toneladas, lo que dificulta la llegada de este alimento básico al país.
En el caso de España, se espera que esta campaña la caída de los precios que reciben los agricultores por su cosecha sea de un 8 % para el arroz redondo. Por el contrario, los gastos siguen al alza. Los arroceros denuncian que ha subido el coste de mano de obra porque, al no haber herbicidas potentes para evitar la proliferación de malas hierbas (prohibidos la gran mayoría por la Unión Europea) hay que hacer la limpieza de las explotaciones de forma manual, lo que implica contratar más personal.
Los cultivadores destacan la necesidad de proteger al sector europeo frente a las masivas importaciones de terceros países, especialmente del Mercosur, y de establecer un sistema de etiquetado que obligue a indicar el lugar de procedencia del arroz, para fomentar la transparencia e información al consumidor.