Sólo el famoso dicho de 'la Justicia tiene pies de plomo', sobre la velocidad con la que se tramitan sus causas, podría evitar que lo que no ha conseguido la audiencia, el sacarla de la casa antes de tiempo, pese a haber estado nominada todas las semanas, pudieran hacerlo las autoridades. Y no precisamente por haberse cambiado de nombre.
Y es que la gran protegida por los telespectadores del reality de Telecinco no se llama ni Bárbara ni Barby Cacu. Al parecer, a la youtuber no le gustaba nada el de Francisca que le pusieron sus padres, y en cuanto tuvo la mayoría de edad decidió cambiársele por el de Bárbara.
Eso sí, no es la primera concursante que había dado ese paso, ya que hasta ahora todo el público recordaba como mejor ejemplo de ello a la conocida como Támara-Ámbar-Yurena, y tampoco es esa decisión la que le puede traer problemas ahora, sino la labor de youtuber que llevaba a cabo antes de entrar en la casa de Guadalix.
Bárbara, Francisca, o como quiera que le llamen, podría tener serios problemas con la justicia española por haber promocionado en su canal de YouTube unas pastillas de dudosa eficacia que, sin embargo, le hicieron ganar, tanto a ella como a su exmarido, unos generosos ingresos económicos con sus ventas.
El objetivo de esas pastillas era el de hacer adelgazar a quien las ingería, y ella misma presumía de haber perdido casi 40 kilos sin ayuda de ninguna dieta complementaria. Lo que nadie sabía, si se tienen en cuenta sus propias palabras, era cuál era su procedencia, y eso es precisamente lo que ahora investigan las autoridades.
Otra cosa que se la recrimina es que en sus vídeos de YouTube hablaba también de temas personales, como de una supuesta enfermedad que tuvo y que, según sus seguidores, decidió explotar en el momento en que introdujo en ellos la palabra cáncer, con el fin de poder aumentar así sus visitas.
M. A.