lunes, abril 29, 2024
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Los verdaderos motivos de la fuga de estrellas de la SER

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Hasta hace poco, los oyentes, como si de la de un equipo de fútbol campeón se tratara, repetían la alineación de la Cadena SER casi de carrerilla: por la mañana, Iñaki Gabilondo; por la tarde, Gemma Nierga; en el informativo nocturno, Carlos Llamas; por la noche, José Ramón de la Morena; en las matinales del fin de semana, Concha García Campoy; y en los deportes de sábados y domingos, Paco González y Pepe Domingo Castaño. 

A partir de septiembre, cuando comience la nueva temporada radiofónica, por unos motivos o por otros, incluidas defunciones, sólo quedará de todos esos nombres el de Gemma Nierga, y en un puesto distinto, como si a Cristiano Ronaldo o a Messi les hicieran jugar de defensas. 

José Ramón de la Morena ha sido el último en abandonar el barco y, aunque juró y perjuró en su despedida de la audiencia que en su decisión no había tenido nada que ver su relación con el actual director de la SER, Vicente Jiménez, lo cierto es que resulta cuando menos sospechosa esa fuga de talentos que se ha ido produciendo desde que Paco González y todo su equipo decidieran cambiar de emisora en 2010.

A la espera de conocer los nombres de fijos de la SER que cambiarán ahora a Onda Cero (están confirmados su productor, Carlos Bustillo, y los periodistas Eduardo Pidal, David Alonso y Juanma Trueba, aunque éste ya había sido despedido, que se seguirá encargando del cierre del programa), cuando se fue González tampoco lo hizo sólo.

Con él, más pronto o más tarde, fueron haciendo el trasvase de emisoras gente como Manolo Lama, Tomás Guasch, Maldini, Manolo Oliveros, Antonio Ruiz, Laura Martínez, Antonio Romero, Juanma Castaño, Juan Antonio Alcalá y el reallizador Jorge Hevia, con el que supuestamente comenzó todo el asunto de esta evasión multitudinaria. 

El director de Carrusel Deportivo se enfrentó directamente a los directivos de la casa, y fue suspendido de empleo y sueldo después de una reunión para trazar la cobertura del Mundial Sudáfrica. La gira de su espacio por distintos lugares de la geografía española, la petición de que hiciera un programa diario a las 15 horas, y que le pusieran trabas con la lista de colaboradores que propuso fue considerado por González como un ataque directo a su persona y, según cuentan los que allí estuvieron, hubo incluso insultos.

Cambios en la mañana

Cinco años antes de la salida de Paco González y su equipo, la SER había tenido que lidiar con una marcha aún más dolorosa, la de Iñaki Gabilondo, el director y presentador del matinal de la casa desde 1986, que decidió abandonarla para incorporarse a Cuatro, la televisión en abierto de Polanco. 

Su salida coincidió sin embargo con una caída de audiencia de su programa y el aumento de oyentes de su competidor más directo, Federico Jiménez Losantos y La Mañana de Cope. En la segunda oleada del Estudio General de Audiencias (EGA) de aquel entonces, correspondiente al mes de junio, la emisora de los obispos fue la única que, como ahora ha ocurrido con RNE, mejoraba su audiencia, y en concreto Jiménez Losantos recortaba cerca de 200.000 oyentes y La Mañana ya era líder a primera hora.

Prisa decidió que su sustituito fuera Carles Francino, que volvía a la emisora tras su paso por Canal Plus y TV 3. El presentador estuvo al frente del programa durante siete años, hasta que la dirección decidió en 2012 relegarle a la tarde, para que la titular hasta entonces de La Ventana, Gemma Nierga, compartiera el magazine estrella matinal, junto a Pepa Bueno, con la que sigue cuatro años después. 

Ni Gemma, ni, por supuesto, Francino, quedaron satisfechos de este cambio de roles en la emisora, toda vez que la primera no quería compartir espacio con nadie y que el segundo consideraba que se trataba de una pérdida de confianza en él, pese a que Hoy por Hoy seguía como líder indiscutible de audiencia. 

El anuncio de esos cambios se produjo cuatro días después de que los trabajadores de la Cadena Ser fuesen sorprendidos con un plan de recorte de plantilla que incluía 200 despidos y duras reducciones salariales. Francino se despidió de la audiencia matinal con la frase «la primera reacción cuando te quitan del sitio es 'ostras, ¿por qué? ¿qué habré hecho mal? ¿Dónde está el error?».

Fin de semana

De la época de Gabilondo en la Ser era la tristemente desaparecida Concha García Campoy (este mes se cumplirá el tercer aniversario de su muerte), que a principios del año 1988 comenzó a dirigir y presentar el programa A vivir que son dos días, al que rápidamente convirtió en el espacio más escuchado del fin de semana, llegando a contar hasta con un millón de oyentes.

Logros como ese y su cercanía a los oyentes la hicieron acreedora de galardones como con el Premio Ondas, la Antena de Oro y el Micrófono de Oro. Su fama la llevó en 1991 a regresar a TVE, para dirigir el programa Mira 2, y, después de una baja por maternidad, en 1992 retornó a la Cadena SER, donde permanecería los fines de semana un año más, antes de fichar por Antena 3 Radio para ponerse al frente del matinal Días de radio.

Concha García Campoy estrenó su espacio el 12 de marzo de 1988, con una entrevista al entonces vicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra, y con él logró interesantes documentos sonoros, como una entrevista a Rafael Escobedo, pocos días antes de su muerte, o el mensaje dirigido por Juan Carlos I en junio de 1990. Ahora lo dirige y presenta Javier del Pino, que se hizo cargo del espacio en verano de 2012, el de los últimos grandes cambios en la emisora.

A diferencia de otros compañeros (Paco González, De la Morena, Francino…), la presentadora nunca tuvo un mal problema con la dirección de la SER, como, en general, con ninguno de los medios en los que trabajó durante su vida.

Hora 25

Ese fue también el caso de Carlos Llamas, el hombre que se puede decir que nació y murió en la Cadena Ser, ya que comenzó su carrera profesional en ella, como presentador del programa Caja redonda, en 1979, y la terminó en Hora 25 en 2007, cuando no pudo luchar más contra la enfermedad que le persiguió durante años.

Entre ambos años sólo estuvo ausente de la radio en 1983, cuando formó parte del equipo fundador de la aventura radiofónica del diario El País, Radio El País. Posteriormente volvió a la SER para dirigir desde 1989 el informativo de sobremesa Hora 14, del que dio el salto en 1992 a Hora 25, al que llevó al liderato y en el que estuvo casi hasta su muerte (ese mismo año presentó algunas entregas), aunque oficialmente lo había dejado un año antes.

Carlos Llamas no sólo contó siempre con el respeto de toda la SER sino con el de toda la profesión periodística, quizás con la excepción del también fallecido Antonio Herrero, a cuyo padre, Antonio Herrero Losada, había relacionado con la intentona del golpe de Estado del 23-F, algo por lo que el Tribunal Supremo le condenó en 2002. A lo largo de su carrera recibió sin embargo varios premios, como el de Hombre del Año en la categoría de Comunicación, otorgado por la revista Cambio 16 en 1995; el Ondas de Radio al Mejor Programa, en 1998, por Hora 25; y el III Premio por la Defensa de los Derechos y las Libertades Fundamentales.

M. Arroyo

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