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Rajoy reclama "tranquilidad" por Bankia y descarta el rescate de la banca española

Un 'lunes negro' en la economía española, como el que estamos viviendo , exigía la comparecencia pública del presidente del Gobierno; y así ha sido. Mariano Rajoy ha acudido a la reunión del Comité Ejecutivo Nacional del PP para explicar a sus compañeros de partido la "difícil situación por la que atraviesa el país" y ha aprovechado esta visita al número 13 de la calle Génova para contestar -por primera vez en solitario- a las decenas de periodistas allí congregados sobre los temas que más preocupan hoy a la sociedad: Bankia, el rescate del sector financiero español y la intervención del país. Sobre todos ellos, el presidente ha lanzado un mensaje de tranquilidad y mesura: los ahorros de los clientes de Bankia "están más seguros que nunca", y "no va a haber ningún rescate de la banca española" por parte de la UE.

Éstas son sin duda las cuestiones que más preocupan a una sociedad que no sabe cuál puede ser el futuro de un país al que cada vez le cuesta más refinanciar su deuda. Aunque el presidente parece tenerlo claro. Las recetas no son milagrosas, pero Rajoy sigue confiando en ellas: reducir el déficit, continuar con las reformas estructurales, que Europa también contribuya en esta transformación profunda, garantizar la sostenibilidad de la deuda de los países cumplidores y aumentar la integración política, fiscal y financiera.

Su comparecencia en la sede de los 'populares' hacía presagiar que el anuncio no sería una cuestión de Estado. Aunque sí esperábamos un poco más de contundencia y claridad. Al final -y tras más de 20 preguntas formuladas por los periodistas-, el discurso del presidente no ha variado ni un ápice del que lleva defendiendo desde que llegó al poder: no podemos gastar más de lo que tenemos, los efectos de las reformas no se percibirán a corto plazo y el papel que juegue la Unión Europea en su conjunto es imprescindible para salir de la crisis que afecta al 'Viejo Continente'. Ahora bien, Rajoy se sigue resistiendo a pedir ayuda al BCE, puesto que según ha reiterado en numerosas ocasiones, "España no está en quiebra", sino que el problema que padece este país es la "falta de confianza de los inversores".

Por este motivo, el presidente del Gobierno está convencido de que la contundencia de los Veintisiete a este respecto es clave: "Europa tiene que disipar cualquier duda sobre el euro y hacer un llamamiento sobre la irreversibilidad de la moneda común". Está claro que el nivel que ha alcanzado la prima de riesgo este lunes (los 510 puntos básicos) ha puesto nervioso al Ejecutivo, que en privado no hacen más que reconocer que "ellos ya han hecho todo lo que estaba en su mano para reconducir la situación". Ahora sólo es cuestión de que el tiempo pase y que la situación de Grecia mejore, puesto que tal y como el presidente ha admitido, las complicaciones por las que atraviesa nuestra prima de riesgo responden principalmente a las "dudas importantes" que existe en la Unión Europea por Atenas y no, como muchos piensan, a la actual situación de Bankia.

Rajoy lanza un mensaje de tranquilidad sobre Bankia

Y ha sido precisamente sobre Bankia, sobre el tema que ha versado gran parte de esta comparecencia. Las últimas informaciones conocidas sobre la entidad no han sido nada tranquilizadoras, y en este asunto, el presidente del Gobierno ha querido añadir cordura. No ha hablado ni de cifras, ni del famoso procedimiento de recapitalización, pero sí de "tranquilidad", "transparencia" y "esfuerzos". Según Rajoy, los clientes de Bankia pueden estar tranquilos puesto que gracias a la intervención del Gobierno "sus ahorros están más seguros que nunca". Sobre si el Ejecutivo es partidario de abrir una posible investigación en el Congreso que ponga sobre la mesa los nombres de los responsables, Rajoy ha pasado de puntillas y ha recurrido a la explicación que el pasado viernes dio Soraya Sáenz de Santamaría en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros: "Ya se acordó una subcomisión de investigación en la anterior legislatura para abordar toda la reestructuración del sistema financiero y es la decisión que mantengo ahora".

El presidente reconoce que la decisión de nacionalizar no ha sido sencilla, pero insiste en que era necesaria para sanear la entidad y recuperar la confianza perdida. "Quizá hubiera sido más cómodo no hacer nada y mirar para otro lado, pero lo mejor cuando la situación es difícil es decir la verdad y a partir de ahí empezar a funcionar", ha defendido el líder del Ejecutivo. No obstante, ha insistido en que la alternativa era la "quiebra" y que eso nunca lo admitiría, puesto que si "las entidades bancarias caen, con ellas caería el país".

Además, y tal y como ha recordado el presidente del Gobierno, ésta no es la primera vez que el Estado inyecta dinero público en una entidad financiera. Tras referirse a los casos de Catalunya Caixa, Novacaixagalicia o Caja Castilla La Mancha, el presidente ha explicado que en el caso de Bankia, "se trata de garantizar los depósitos, sanear la entidad, recapitalizarla y ganar confianza". Y ha asegurado que el dinero que se invierta no será a fondo perdido, sino que cuando mejore la situación, el Gobierno volverá a dejarla en manos privadas y con esa venta recuperar la inversión estatal.

Las dudas sobre esta operación son muchas, y por ello, el presidente ha asegurado que esta actuación ni provocará cambios en los Presupuestos Generales del Estado, ni supondrá la modificación del objetivo de déficit del 5,3% acordado con Bruselas para 2012. Según Rajoy, lo que el Ejecutivo está haciendo ahora no es nada que otros países europeos no hayan hecho antes. "Hace tres o cuatro años muchos países europeos procedieron a la entrada de capital público en las entidades financieras para garantizar su saneamiento, proceso que España ha de afrontar en la actualidad, porque el anterior Gobierno no lo hizo", ha recordado Rajoy sin querer hacer mucho 'pupa' al respecto.

Ya no es hora de seguir con la guerra de la herencia recibida y ha preferido optar por "coger el toro por los cuernos". La unidad del país en tiempos como los que atravesamos es imprescindible, y Rajoy cada vez es más consciente de ello. Preguntado por la reunión mantenida el pasado viernes con el líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, el líder del Ejecutivo ha querido ser cauto en su respuesta: "Fue bien". El presidente no se ha querido arriesgar a hablar de pacto de Estado con la oposición, pero sí ha insistido en que hay varios asuntos en los que han logrado ponerse de acuerdo. No obstante, no sabemos si Bankia ha sido uno de ellos. Según Rajoy, para conocer la posición de ambas partes al respecto, habrá que esperar que pase el tiempo. Por el momento, el deseo del presidente es poder trabajar "conjuntamente".

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