Va de retro, no vade retro, que es cosa bien distinta. Va de ex, de personas de currículum brillante hoy venidas a menos por distintos avatares de la vida.
Los ex presidentes del PSOE y de Andalucía, Chaves y Griñán, han recibido un varapalo judicial de envergadura, y además en el peor momento. Conociéndoles, seguro que se duelen del daño que pueden hacer a su partido –aunque se han dado de baja- cuando se juega tanto el 26 de junio. En cambio el ex presidente del PP y del gobierno, José María Aznar, parece que no desaprovecha la ocasión en meter el dedo en el ojo al que se supone que es su partido, como dando a entender que ya no lo es o ya no le interesa tanto.
Hace algo más de un año, hizo un comentario a un matrimonio catalán que conocieron en cuestión de horas tantoa Jorge Fernández como a Alicia Sánchez Camacho. Les dijo Aznar que si él tuviera que votar en Cataluña se inclinaría por Ciudadanos. Y ahora corre la espacie por los cenáculos políticos madrileños que el ex presidente anda más cerca de Rivera que de Rajoy. Si preguntas a gente del equipo de Rajoy se encogen de hombros: les importa un bledo. Pues eso.
En el PSOE en cambio no ocultan su desazón por el procesamiento de Chaves y Griñán, y se duelen tanto en público como en privado. Insisten en que son honrados y que se les hará justicia. Pues esa justicia, de momento, les ha metido un cuerno importante, aunque un procesamiento no es más que eso, la antesala de un juicio en el que un tribunal dictará sentencia en función de las pruebas aportadas.
Lo que parece evidente, tras el procesamiento, es que tanto PP y PSOE se van a andar con tiento en lo que queda de campaña. Procurarán no hacerse daño, como el chiste del dentista, no vaya a ser que unos y otros acaben seriamente perjudicados. Los otros partidos sacan pecho, pero más vale que no lo hagan. Podemos y Ciudadanos no se enfrentan a casos de corrupción, aunque en Podemos se da el nepotismo y el amiguismo cosa mala, que es una forma también de moverse en el filo de la navaja, éticamente no tienen perdón. Es de justicia también recordar que hasta ahora no han tenido representación institucional, veremos si dentro de dos o tres años pasan la prueba del algodón. Es muy fácil no mancharse cuando no se toca poder.
Por otra parte, y aunque indignan y desasosiegan los muchos casos de corrupción que se han dado en el PP y en el PSOE, hay que reconocer que jamás en estos cuarenta años de democracia se han tomado tantas medidas como ahora para prevenir, atajar y castigar a los corruptos. Sobre todo desde el PP. No porque vaya más allá que otros, sino porque al ser gobierno ha convertido las iniciativas en leyes. Nunca se había actuado con tanta contundencia, firmeza y prontitud contra los corruptos. Por cierto, un apunte: no es lo mismo llevárselo crudo que estar en operaciones para financiar actos de partido. Es igual de delictivo, pero no es lo mismo. Y en este último capítulo no se salvan ninguno de los partidos de siempre, a derecha e izquierda. Entre ellos, los que conseguían que los bancos les condonasen sus deudas. ¿O es que eso no es financiación de un partido?
Vamos a uno de esos partidos históricos, el PNV. Un hombre muy cercano a Urkullu cuenta que el lehendakari no oculta su contrariedad cuando los que hacen cuentas postelectorales suman los votos peneuvistas a determinada combinación. Urkullu no se pronuncia, no dice si se siente más inclinado a apoyar un gobierno en torno al PSOE que un gobierno en torno al PP, pero sí explica ese hombre que conoce bien al lehendakari que lo único que tiene claro es que el PNV está en las antípodas de Podemos, que de ninguna manera ve a Urkullu poniendo su firma al lado de la de Pablo Iglesias.
Así que … seguiremos haciendo cábalas sobre lo que nos depara el destino.
Pilar Cernuda