sábado, mayo 4, 2024
- Publicidad -

Tania Sánchez y los traidores

No te pierdas...

“No. Punto. No vamos a entrar en Podemos. Punto. ¿Lo vuelvo a repetir más claro?”

Así de contundente se mostraba Tania Sánchez hace ahora un año, cuando compareció en una rueda de prensa para explicar su decisión de abandonar Izquierda Unida y su renuncia al acta de diputada por esa formación en la Asamblea de Madrid.

En efecto, ante una afirmación tan concluyente como la suya no hacía falta hablar más claro. Sin embargo, la convicción le duró a la exnovia de Pablo Iglesias más o menos lo que dura un puesto de trabajo creado por el Gobierno de Mariano Rajoy. Decía que se iba a fundar un nuevo partido, pero poquitos meses después ya estaba en Podemos, formación que ahora la ha aupado a la condición de diputada nacional y que acaba de nombrarla su flamante portavoz en la Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados.

La convicción le duró a la exnovia de Pablo Iglesias más o menos lo que dura un puesto de trabajo creado por el Gobierno de Mariano Rajoy

La andadura reciente de Tania Sánchez en la política me trae a la memoria la historia de Viriato. Y no precisamente por la aureola de héroe que aún rodea al inventor de la guerra de guerrillas.

Con sus hondas -en minúscula, pues me refiero a sus armas y no a sus motos- y a pedradas, aquel pastor de Lusitania y sus tropas tuvieron en jaque a los ejércitos de Roma, a los que infligieron severas derrotas allá por el siglo II antes de Cristo. Sin embargo, el inmenso prestigio de Viriato en la tribu de los lusitanos no impidió que fuera traicionado por Audax, Ditalcos y Minuros, tres de los caudillos que combatían a su lado. Una noche le rebanaron el pescuezo con un puñal mientras dormía, después de que el general romano Quinto Servilio Cepión les prometiera inmensas riquezas a cambio de la felonía.

La leyenda dice que los asesinos de Viriato jamás llegaron a cobrar la recompensa. Cuando se presentaron en el campamento romano a recolectar el botín, el general Cepión les negó cualquier favor con la frase 'Roma traditoribus non praemiat', que ha llegado hasta nuestros días traducida como “Roma no paga a traidores” y que deja constancia del desprecio que ya abrigaban los hombres en la antigüedad hacia quienes vendían a los suyos.

Hoy son otros tiempos y a pocos les extraña ya el chaqueteo. Tania Sánchez acaba de recibir su premio por abandonar IU y, de paso, por su contribución a que la coalición de izquierdas a la que pertenecía fuera despedazada y en parte absorbida por el partido de Pablo Iglesias. La portavocía en una de las comisiones clave, por abordar cuestiones de Estado, del Congreso de los Diputados, es un cargo jugoso que, además de otorgar una notable visibilidad, lleva aparejadas ventajas materiales.

Como en el caso de Viriato hace 23 siglos, la descomposición de Izquierda Unida también ha dejado sus cadáveres por el camino. Entre ellos están los miles de dirigentes, cargos y militantes de la antigua federación de IU Madrid que fueron expulsados por rechazar la confluencia con Podemos impulsada desde la dirección federal para las últimas elecciones generales.

Está por ver si habrá algún otro líder de la histórica coalición de izquierdas que resulte premiado por lo mismo que Tania Sánchez. De momento, Pablo Iglesias ya exigió un puesto de ministro para el candidato de Izquierda Unida-Unidad Popular, Alberto Garzón -también partidario de la unión con Podemos- cuando presentó su atrabiliaria propuesta de pacto al PSOE, con la que se reservaba para sí el poder sobre los ministerios e instituciones clave y le concedía a Pedro Sánchez el papel de hombre de paja en la Presidencia.

Sí. Punto. Tania Sánchez ya es dirigente de Podemos. Punto. Y ya tiene su recompensa. Punto. Y veremos si, además de ella, hay otros premiados.

Roma no pagaba a traidores. ¿Podemos sí? Juzguen ustedes.

 

César Calvar

Relacionadas

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -

Últimas noticias

- Publicidad -