No hay nada mejor, ni mejor termómetro para saber cuando un tirano se encuentra en situación de máxima debilidad, como verle que endurece sus actos. Todos los dictadores de todos los tiempos lo han hecho y la historia constata que han cometido sus actos más atroces cuando se veían perdidos y usaban el terror como su última bala. Eso es exactamente lo que está haciendo el dictador de Venezuela. El asesinato de un opositor venezolano de Acción Democrática durante un acto político es la prueba de fuego de que Nicolás Maduro, el pequeño dictador que sucedió a Chávez, sabe que las elecciones del 6 de diciembre pueden ser definitivas para perder el poder y está utilizando sus últimos cartuchos. Si se cumplen los sondeos en las próximas elecciones legislativas ganará la oposición y en cumplimiento de la ley serán ellos quienes gobiernen salvo que el régimen intente, como sea, mantenerse dando un golpe de mano a la democracia.
Los chavistas llevan gobernando 15 años y durante este tiempo han convertido a Venezuela, antaño un paraíso donde parecía manar la leche y la miel, en un país pobre donde hay racionamiento para casi todo. Es verdad que los gobiernos de derechas anteriores a Chávez habían abusado de forma bochornosa de su poder enriqueciéndose escandalosamente a costa de empobrecer al pueblo, y también lo es que en estos años de constitución bolivariana la oposición ha estado dividida lo que ha dado combustible al régimen. Ahora, sin embargo, las cosas han cambiado, los opositores finalmente se han presentado unidos en torno a lo que llaman Mesa de Unidad Democrática y han conseguido en medio de un caos económico, y de un autoritarismo sin límites del régimen, situarse por encima de las encuestas que les dan una ventaja cercana a los 30 puntos.
Por eso según se acerca el 6 de diciembre, fecha de las elecciones, el chavismo está cada vez más nervioso. Nadie se cree, como se ha dicho oficialmente, que al dirigente municipal de Acción Democrática Luis Manuel Diez lo haya asesinado en un rifirrafe entre sindicalistas rivales. «Se presume que ha sido un sicario», afirmó Nicolás Maduro mientras su jefe de campaña aseguraba, en una comparecencia bochornosa, que el asesinado tenía antecedentes policiales y que formaba parte de una banda: «la derecha está buscando un muerto para ponerle un nombre y armar el show «dijo causando vergüenza ajena… No es casual, en absoluto, que este hecho se produjera después de que Lilian Tintori, la mujer del preso político Leopoldo López, fuera perseguida y hostigada por grupos oficialistas ni tampoco lo es que a esa misma hora, en el otro extremo del país un grupo de opositores que esperaba al gobernador Henrique Capriles fue embestido por ultra chavistas provocando varios heridos.
Si le escuchas relatar como explica a sus hijos que su papá esta preso por defender la libertad se te ponen los pelos de punta
He tenido ocasión de conocer y hablar en varias ocasiones con la esposa de Leopoldo López, un ejemplo de mujer valiente, luchadora, de profundas convicciones democráticas que no está dispuesta a dejarse amedrentar. He visto y me ha contado en primera persona como la humillan cada vez que intenta visitar a su esposo en la cárcel y si le escuchas relatar como explica a sus hijos que su papá esta preso por defender la libertad se te ponen los pelos de punta. No me cabe duda de que cuando estos días ha dicho claramente «Me quieren matar» está diciendo la verdad, porque el «dictadorzuelo de pin y pon» está en los estertores y el régimen que lo ve todo perdido ya no se anda con chiquitas ni con disimulos.
Sé que los venezolanos no van a tolerar esta situación
Tengo la suerte de conocer bien Venezuela, donde he viajado muchas veces por motivos de trabajo, y sé que los venezolanos no van a tolerar esta situación. Allí y ahora la impunidad supera el 96 por ciento de los casos de homicidio y la prensa libre ha sido tan perseguida y sometida de mil formas que se ve obligada a buscar pequeños resquicios para ejercer su sagrada misión de contrapoder, pero lo ejercen y eso hace grandes a mis colegas que no han bajado la cabeza. Otro de los síntomas del deterioro del régimen es ver a los afines a Maduro en un ejercicio de populismo barato, ofrecer y regalar de todo como si fuera un mercadillo: piernas de cerdo para celebrar la Navidad, becas y tablet para universitarios, pensiones para los jubilados…..
Prometen y regalan de todo pero no garantizan libertad para que los venezolanos acudan a las urnas sin miedo. «Victoria chavista como sea», ha dicho Maduro y al parecer no lo dice a humo de pajas. En ese «como sea» vale todo… y también la vida de sus opositores.
Esther Esteban