El escrache está de moda. Todo vale en el postzapaterismo. Estaba escrito. Iba a ser muy difícil sacarse de encima la política blandiblú de aquel presidente Olvidable, para el que todo valía. Lo hacen los seguidores de la inefable Ada Colau y lo hacen algunos medios de comunicación. Es actualidad. Curiosamente todos contra diputados o contra líderes del PP. Así escriben la historia los progres.
Ahora le ha tocado el turno a Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Junta de Galicia, y se lo está haciendo el desprestigiado diario El País. Y su acoso se basa en un pequeño pecado de hace, nada menos, que 18 años.
¿Y cuál fue ese pecado? Dejarse fotografiar con un contrabandista de tabaco. ¿Cómo? ¿En Galicia? Pero si hace 18 años en Galicia era lo más sencillo del mundo fotografiarse con un contrabandista de tabaco. Estaban integrados. Incluso, recuerdo que entonces no era siquiera delito. Era, como mucho, una infracción administrativa.
Un tipo que había hecho fortuna porque tenía lanchas más rápidas que las de la policía
El contrabandista en cuestión era Marcial Dorado Baúlde. Un tipo que había hecho fortuna porque tenía lanchas más rápidas que las de la policía.
Pero, con esto que digo (oído queridísimos críticos) no estoy perdonando el pecado ni estoy perdonando al pecador. Estoy, simplemente, situando el tema, porque, aunque fue un error de Feijóo entablar relación con un tipo sospechoso, siendo un alto cargo de una consejería de la Xunta de Galicia, hasta ahora solo sabemos que se hizo unas fotos. Y, hombre, si sólo fue eso, el escrache al que se le está sometiendo por el grupo Prisa clama al cielo.
Entre otras cosas porque Feijóo había roto con el traficante en 1997, tras enterarse de que la justicia le investigaba por asuntos graves.
Aún así, la historia que está montando El País, en este caso, no está basada siquiera en fotocopias, como en los papeles de Bárcenas, sino en cuatro fotografías y la imaginación de un guionista de Hollywood. ¿O el guionista es Almodóvar? Cualquiera sabe. En cualquier caso, es un genio. Pero de algunos periodistas de El País y de su actual dirección ya he hablado en esta columna hace unos días. De hecho, ya no sabe qué hacer para apartar la atención de los EREs andaluces.
Pero ¿y si, puestos a fabular, estas fotografías hubieran estado esperando su oportunidad en un cajón para, tras situaciones económicas desesperadas, usarlas contra el presidente de la Junta? No lo sé. Es tan sospechoso todo… ¿Por qué no salieron a la luz hace años? Las fotos tienen 18 y Feijóo ya lleva 6 de presidente ¿Por qué ahora y no antes? Mmmm. Mal olor. Podían haber evitado que fuese elegido y reelegido presidente.
Las fotos no son más que fotos. Lo que se necesitan son datos
De todas maneras, esto es muy fácil… El movimiento se demuestra andando. Las fotos no son más que fotos. Lo que se necesitan son datos. O eso era antes el periodismo. Y si Feijóo es culpable, que lo pague. Mientras tanto, el escrache debe ser sólo cosa de la jarca de doña Ada. En El País, está feo. Es delito.
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La sonrisa de la avispa