miércoles, mayo 1, 2024
- Publicidad -

Experimento sexual

No te pierdas...

Estas memorias están teniendo, afortunadamente, una gran aceptación entre los lectores. Lo demuestran el gran número de visitas que tiene semana tras semana y los comentarios que recibe. Por eso, de acuerdo con la dirección de Estrella Digital, he pensado realizar, dentro de la sección, un Experimento sexual: quiero que los lectores de ‘Memorias de un Libertino’ puedan publicar también sus relatos.  Sus sueños. Sus experiencias. Sus deseos ocultos.

A partir de hoy, publicaré los relatos que los lectores me vayan mandando. El tema erótico será libre. Sólo pido que el texto no sea mucho más de un folio de extensión y que mantenga un mínimo de buen gusto. Se podrán firmar con seudónimo y se respetará el máximo de discreción. Tanto se respetará que los relatos NO deberán enviarse a la redacción de Estrella Digital sino a [email protected] Este es un correo creado, especialmente, para recibirlos y para que sirva también para aclarar cualquier duda o consulta.

Por supuesto, si alguien lo solicita, puedo también ayudarle literariamente a mejorar su texto.

La idea del Experimento sexual partió de un relato que nos han enviado recientemente y que, hoy, publico. Lo firma Laura Van D y no quiere que lleve título.

Que lo disfruten. Espero recibir muchos relatos.

‘SIN TÍTULO’

Todo da inicio cuando llega la noche y es como un clic a mi cabeza. Me transformo, ya no soy yo, mis ojos son tus esclavos aferrándose desde que comienzo la primera letra.

 Leo sin prisas, sin quererme devorar el único platillo, sé que no habrá más postre que el que yo sirva en mi propia cama. Lento, dando pausa. No quiero acabarme el primer párrafo. Una sonrisa aparece, significa que acepto que ésa noche nuevamente buscaste sexo, no amor.  Termino de leerte, me voy a duchar. Voy con pasos lentos a mi cama. No puedo soportar mucho tiempo, un ardor me está quemando e imagino como tu boca me hace tumbarme. Inicias con un beso tan suave, apenas tocas mi boca, siento tu aliento y quiero arrebatarte ese calor. Es como si ya no pudiera más. Podría pedirte que acabes conmigo ahí.  Quiero esperar. Mi portátil a un lado y leo una vez más la segunda línea donde describes como la despojas de su ropa y comienzas. Necesito ser tuya, exigirte que me seduzcas.  No quiero sexo contigo, quiero entregarte lo que hay aquí adentro y late con una fuerza desmedida. Mis manos, que son tuyas, comienzan a dar círculos por mi cuello, hago a un lado mi blusón, un calor intenso entre mis piernas empieza a calentarme el cuerpo. Me parece increíble. Una vez más has penetrado a mi cabeza. No existe otro hombre, solo tú, tus manos, tu boca, toda tu sombra en mi cama. A un lado de mí.

Mis manos hacen un pacto con mi cuerpo y con mi cabeza. Será un hombre desconocido el que una vez más me dé ese placer. Me dirijo hacia esas curvas. Mi respiración suave y mi voz se hacen presentes diciendo tu nombre en voz baja, llamándote en pequeños susurros. Mis pezoncitos tan duros, les acaricio suave, voy hacia el sur. No es necesario que moje mis deditos.  Me aprieto con tantas ganas, te imagino arrancándome el alma, lo cual me encanta. Mi consolador a un lado me da indicaciones de que lo usé.  Abres mis piernas de golpe y comienzas en mi pequeño botoncito dándole una chupadita. Mis tres dedos se introducen un poco. Lanzo un gemido bastante profundo. 

Agarro tan fuerte mis tetas. ¡Ojalá pudieras mordérmelas! Coloco mi almohada y ahí dejo mi consolador, me monto encima  de él creyendo que eres tú y comienzo a cabalgarte despacio. Luego voy tan fuerte que creo que en algún momento me correré y me detengo.  Respiro profundo y, una vez más, ahí estás tú con ésa mujer haciéndola tuya. La odio en muchas ocasiones, no sé sus nombres, no quiero saberlos. 

Mis piernas ahí.  Deseándote otra vez, una más. Estoy empapada de sudor. Desearía tanto transportarme hacia tu lecho, meterme por debajo de las sábanas y empezar a comerte entero. Una vez más…, me acaricio. Pero ahora, con una fuerza intensa, me acaricio fuerte.  Mojo mi consolador con mi saliva. Me froto contra él. Arriba, abajo y es como si tú lo hicieras.  No logro contener las ganas de gritar tu nombre. Te está llamando mi cuerpo. Aprieto mis piernas deseando esperar, no sé por qué me gusta esperar. Es una agonía. Sé que el final está ahí y lo puedo alcanzar a mi ritmo. Una vez más, mi consolador ahí en mi cama. No lo introduzco, me froto encima de él.  Agarro la cabecera de mi cama. Es como si tú me pusieras en cuatro patitas y estuvieras empujando detrás de mío. No hay necesidad de penetración, cierro mis ojos y ahí estas. Tus manos ardiendo por mí y mi cuerpo por ti.

 Ahí estoy, dispuesta a que me lleves hasta la misma puerta del paraíso. Tienes la llave ahí dentro de mi cabeza. Me siento encima de mi almohada y me froto las suficientes veces, acaricio mis pezones, los aprieto, los mojo y quiero más. Sigo frotándome y ahora ya son dos almohadas; no me importa si se desarma mi cama por mis movimientos; quiero acabar y lo necesito de ya. Sencillamente, es delicioso ver lo que haces con mi cuerpo. Siento que ya no podré por mucho tiempo. De nuevo me pongo de cuatro patitas, decido darle un final. Frotó con mucha más fuerza, tu nombre en mi boca: » ay, Tiberio, sigue…”. Soy un animal salvaje que te quiere comer, a medida que me froto te deseo más. Es como si no existiera un final y, el inicio está presente en cada pausa que doy.

Poco a poco, mi cabeza te ordena que no te detengas, y más ruidos extraños salen de mi alma. Necesito entregarte ese dulce orgasmo y empiezo a decir: «ya voy, ya voy…», me agarro con más fuerza de la cabecera de la cama, se agita. Mi sudor por todas partes y ahí, se abre el cielo y no necesito hacer fila. Está abierto para mí y solo estiro los brazos y me lo has mostrado. Lo he tocado con la punta de los dedos. Me quedo inmóvil en mi cama, no puedo más. Cierro mi portátil. Mis ojos y la magia se acabaron por una noche. Esperando a que vuelva al día siguiente cuando regrese a esa misma columna, de clic a la izquierda y te vuelva a leer. Como si fuera la primera vez y buscando que de nuevo me des un viaje por ese paraíso. 

Memorias de un libertino

Artículo anterior
Artículo siguiente

Relacionadas

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -

Últimas noticias

- Publicidad -