Menos mal que el secreto de la ‘Gürtel’ no tenía «nada nuevo», como aseguró el PP tras su ejemplar ejercicio de lectura rápida (50.000 folios en hora y media). Dos semanas después de revelarse el sumario, en Génova han nombrado nuevo tesorero, han bendecido los abandonos de sus escaños de Jesús Merino y Luis Bárcenas y hasta Mariano Rajoy ha admitido, en entrevista este domingo en el Diari de Girona, que, «a diferencia de lo que piensan algunos», la corrupción les puede pasar factura. «Son hechos lamentables que están donde deben estar, en manos de la justicia. Hemos apartado a las personas implicadas de sus puestos políticos y ya no son militantes del partido», subraya el presidente del PP mientras mantiene un doble discurso: su mano derecha se muestra implacable contra la corrupción, mientras que con la izquierda azuza la teoría de la camarilla policial.
Con todo, la renuncia de Bárcenas al Senado ha sido una sorpresa, hasta para el propio Rajoy. Estaba cantado que el PP le quería fuera de su grupo parlamentario, así lo daban por hecho desde Génova. Pero la decisión de dejar también el escaño -algo donde los partidos pueden opinar, pero no ordenar- la ha tomado él. Según fuentes cercanas a Bárcenas, el tesorero se va del Senado porque «no aguantaba la presión mediática». «No lo ha hablado antes con nadie, más que con su mujer y con su abogado. Se lo ha anunciado a Rajoy, pero sólo cuando la decisión ya estaba tomada. Se va a coger unos días de descanso, fuera de Madrid», cuentan desde su entorno. Ahora que ya no es aforado, su caso pasará inmediatamente a manos del juez Pedreira, al Tribunal Superior de Justicia de Madrid, en vez del supuestamente más favorable Supremo; es un cambio que, en teoría, no le viene nada bien, pero que Bárcenas dice asumir «sin miedo», convencido de «poder probar su inocencia».
La salida del ex tesorero también tiene sus consecuencias internas, dentro de esa eterna pelea entre Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre. Por primera vez es el gallego quien puede presumir de ser más contundente que la lideresa frente al ‘escándalo Gürtel’. A pesar de que es el PP de Madrid quien más imputados tiene en este caso, Aguirre había conseguido mantener una impecable imagen de dureza contra las «ovejas negras», que sus medios afines contrastaban con los largos tiempos de decisión de Rajoy. Ahora, sin embargo, es la Asamblea de Madrid la que aún cuenta con un ‘grupo parlamentario Gürtel’: tres diputados que mantienen el escaño para no perder el aforamiento y un bonito sueldo de 3.808 euros al mes más teléfono móvil, acceso a internet y gastos de transporte a cambio de media horita de trabajo al mes. Los tres imputados -Alberto López Viejo, Benjamín Martín y Alfonso Bosch- sólo pasan por la Asamblea de Madrid para darle al botón del voto; lo mínimo para demostrar que aún trabajan allí. Por supuesto, siguen votando con el PP.
Pero al que más afecta la dimisión de Bárcenas es a Francisco Camps. El presidente de la Generalitat valenciana tiene una fecha muy presente en su agenda: el 12 de mayo. Ese día, el Tribunal Supremo decidirá si reabre el caso de los trajes, un escándalo crecedero que, con el tiempo, se ha convertido en un asunto donde lo de menos es el cohecho impropio y lo de más la financiación ilegal del PP valenciano. Si Camps vuelve a ser imputado, ¿con qué cara defenderá que sigue en su sillón y que se presenta como cabeza electoral para el año 2011? Dentro del PP algunos explotan un argumento a su favor: las encuestas le dan una victoria incluso superior a la que obtuvo la última vez. Para que luego Rajoy diga que la corrupción pasa factura.
Ignacio Escolar