sábado, mayo 4, 2024
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Israel ante unas elecciones importantes

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El martes se vota en Israel con pronósticos poco claros. El momento es inusual: la elección llega poco después de la ofensiva sobre Gaza y al poco de la ascensión de Obama al poder. Las dos circunstancias son relevantes.

Hay disparidad de criterios sobre el resultado de la incursión en Gaza. Una encuesta entre los palestinos arroja la convicción de que Hamas salió triunfante, aunque existe una significativa diferencia en las respuestas. Los palestinos residentes en la zona de Gaza están mucho menos convencidos del triunfo de Hamas sobre Israel que los palestinos de la otra zona que no sufrieron el avasallador embate del Ejército judío y que tienen, en consecuencia, menos necesidad de preguntarse si la provocación de Hamas sirvió para algo. Curiosamente, en Israel la impresión es la contraria, en esta ocasión no se da la frustración de hace dos años, cuando Israel entró en Líbano para aplastar a Hezbollah. Ahora, la creencia generalizada es que Hamas se ha llevado una buena lección y se ha reducido seriamente su capacidad de hacer daño en el futuro próximo.

¿A quién beneficia esta convicción de cara a los comicios del martes? Los ejecutores de la incursión, los dos partidos en el Gobierno, Kadima y los laboristas, deberían verse favorecidos si se piensa que la idea y la ejecución fueron las correctas. Las cosas son más complejas. Los ataques de Hamas y la rotunda represalia del Gobierno han puesto sobre la mesa el tema de la seguridad, desplazando a la economía, lo social, etc. Y en ese tema, quienes vienen apareciendo como firmes y lúcidos son los partidos de la derecha, es decir, la oposición. Esto implica que el Likud podría ser el partido más votado. Su líder, el antiguo primer ministro Netanyahu, sostiene que se ha sido demasiado paciente con los palestinos, que no hay que darles nada de Jerusalén ni tocar los asentamientos judíos, etc. Casi empatado con el Likud aparece el Kadima de la señora Livni, que propugna continuar la negociación con los palestinos. Ninguno de los dos tendrá la mayoría en el Parlamento de 120 escaños, como siempre habrá que formar coaliciones y, para complicar las cosas, la formación que emerge como posible tercera es el «Israel es nuestra casa» de A. Lieberman, un emigrante de Moldavia cuyas ideas, que incluyen recortar los derechos del millón y medio de árabes ciudadanos de Israel, pueden dinamitar por completo el proceso de paz.

Un diputado laborista dice que Lieberman saca a la superficie la parte más oscura de Israel y que es un peligro para la democracia, pero los dos principales candidatos, Netanyahu y Livni, recelosos de los escaños que puede conseguir, se han abstenido de criticarlo.

El avance de Netanyahu y Liberman, si se produce, hará mucho más arduo el trabajo de Obama, al que en esto, como en otras cosas, se le enfoca como el salvador.

Inocencio Arias

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