sábado, mayo 4, 2024
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Conspiración contra Rajoy y Gallardón

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Ni siquiera la aplastante victoria del PP en las autonómicas y municipales han sosegado a Esperanza Aguirre y a su segundo, Ignacio González. La noche del 22 de Mayo se cumplieron dos de sus tres previsiones para iniciar sus planes: victoria de Álvarez Cascos en Asturias y descenso notable de Gallardón en Madrid. Pero le falló, probablemente, la más importante: la gran apuesta de Rajoy, De Cospedal, ganaba en Castilla-La Mancha y con ello se quedaban sin munición para exigir un congreso extraordinario.

Fuentes populares cuentan a Estrella Digital, que pasada la euforia del triunfo en la Comunidad de Madrid, tanto Aguirre como González han vuelto a retroalimentarse en su desesperación de no poder debilitar a Mariano Rajoy al frente del partido. En este momento, como es evidente, con el mayor poder municipal y autonómico de la Historia de la Democracia en manos del PP, resulta imposible y sería suicida. Y tanto la presidenta de la Comunidad de Madrid como su vicepresidente, serán ambiciosos, pero no estúpidos.

María San Gil, parte de la estrategia

El caso es que, según nos siguen contando, “ante la imposibilidad de cargar cara a cara contra Mariano, Alberto siempre está a tiro para que la ultraderecha mediática, protegida de Esperanza, le zurre. A él y a Rajoy.”.  Y parece que así es, porque de nuevo, y a raíz del descenso de votos en Madrid capital, los digitales, emisoras de radio y TDT´s  financiados por la publicidad institucional de la Comunidad de Madrid vuelven a embarcarse en una nueva cruzada para desestabilizar al PP de Mariano Rajoy.

De lo contrario no podría explicarse la vuelta mediática de María San Gil. Siempre, eso sí, en esos medios radicales de la ultra derecha subvencionada, y donde la heroína vasca –hay que reconocerle su labor- se limita a desnudar su resentimiento hacia Rajoy asegurando que en el congreso de Valencia ya dejó “de confiar en el jefe del partido” y que el hipotético futuro gobierno del PP será “parte del problema” que tiene España. 

No es un secreto, María San Gil reconoce en público y en privado, que la esencia del PP, de su PP, es José María Aznar, Jaime Mayor Oreja, Alex Vidal Cuadras y Esperanza Aguirre. Los dos primeros ya han anunciado que estarán en la presentación del libro de la política vasca, el próximo 7 de julio. De momento no se sabe qué hará Esperanza Aguirre, pero lo más probable es que asista pues le une una gran relación personal y porque ya quiso ficharla para Madrid cuando se apartó de la vera de Rajoy. Por eso, su presencia en el acto marcaría territorio respecto al líder de Génova.

Gallardón, por nada del mundo

Las fuentes populares consultadas por Estrella Digital están de acuerdo en que Esperanza Aguirre no va a permitir que Gallardón adquiera más peso específico en al partido gracias al apoyo de Rajoy. Al menos si ella se queda descolgada. Lo último que consentiría la presidenta es perder poder en el partido y estar ausente en un futuro gobierno popular a costa de que lo gane el todavía alcalde de Madrid. Jamás pasaría por ese trance. Por ello, “en el colmo de los colmos” –aseguran las fuentes- Esperanza juega en el escenario de que el PP no consiga mayoría absoluta”. Si eso ocurriera, la presidenta del PP madrileño volvería a ganar enteros dentro del partido y estaría en condiciones de exigir cosas a Rajoy. A toda costa ella quiere volver al Gobierno de España en un ministerio de peso que podría ser Defensa o Interior, pues sabe que los titulares de estos departamentos son los más populares ante los ciudadanos. En caso de que Rajoy se negara, y ella sabe que cabe esa posibilidad- no bajaría en sus pretensiones de exigir la Presidencia del Congreso, tercera autoridad del país y, probablemente, la más adecuada para ella por su estado de salud.

Planes para la sucesión

¿Y quién sucedería a Aguirre si vuelve a la política nacional? Pues en esas reflexiones, según nos cuentan,  se encuentra ahora la presidenta popular. Duda entre Javier Lasquetty, consejero de Sanidad en la anterior legislatura, o Lucía Figar, consejera de Educación. Aguirre, que no da puntada sin hilo, se inclinaría por esta última, ya que está casada con Carlos Aragonés, hombre de absoluta confianza de Aznar, lo que le garantizaría reforzar las relaciones con el expresidente del Gobierno  y tendría, además, en la Comunidad de Madrid a alguien dócil y agradecido a quien podría controlar.

Y es que el actual vicepresidente, Ignacio González, tiene  los días contados y espera turno de salida del gobierno madrileño. El veto de Rajoy le impidió en su día la presidencia de Caja de Madrid –de ahí todos estos lodos-, y ahora su aspiración es la presidencia del Canal de Isabel II cuando esta joya de la corona de Madrid se privatice, lo que podría sucedería antes de las Elecciones Generales del año que viene.

Toda una labor de ingeniería política cuyo objetivo es poner contra las cuerdas al líder del PP, Mariano Rajoy, y anular a su «íntimo enemigo» Alberto Ruiz Gallardón.

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