La vicesecretaria de Organización del PP, Ana Mato, ha confirmado este lunes que el PP ha ganado las elecciones municipales y autonómicas y ha obtenido «el mayor triunfo histórico del partido» y ha pedido al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, «que escuche a los ciudadanos» y reflexione. En su segunda comparecencia en la sede del PP, en Génova, Mato ha mostrado a la prensa dos mapas de España con los resultados electorales en las comunidades autónomas y las provincias, donde el color azul -que representa al PP- demuestra la abultada diferencia con el Partido Socialista.
Mato ha subrayado que el PP ha registrando la mayor distancia del PSOE, diez puntos de diferencia y dos millones de votos. Sobre el hecho de que Zapatero haya dicho que no prevé adelantar las elecciones generales, Mato ha señalado que «los resultados de hoy hablan por sí mismos» y serán los ciudadanos quienes valoren esas declaraciones.
Además, ha precisado que no es momento de análisis pero sí es un momento de reflexión, «más para unos que para otros». Ha reconocido que el resultado ha sido «más amplio del esperado y más amplio de lo que vaticinaban las encuestas», lo que aumenta la responsabilidad del partido hacia los ciudadanos por la confianza otorgada.
En ese sentido, Mato ha insistido en la «gran responsabilidad» que para el partido suponen estos resultados y ha asegurado que el PP ha recibido «claramente el mensaje de que los ciudadanos quieren un cambio, y empezar una nueva etapa» por lo que seguirán trabajando en la misma línea. La dirigente del PP ha añadido que esta es una «gran victoria» del partido y de su líder, Mariano Rajoy, y ha subrayado el «empeño» del partido en corresponder a todos los españoles.
Victoria arrolladora del PP
El PP ha vencido hoy claramente en las elecciones municipales y autonómicas al haber arrebatado al PSOE feudos como Castilla-La Mancha o Sevilla, y los resultados de la jornada electoral considera que abren el inicio de un cambio histórico que espera confirmar en los próximos comicios generales.
La victoria de los populares castellano-manchegos, encabezados por la número dos del partido, María Dolores de Cospedal, se ha convertido en símbolo de este triunfo, que a punto ha estado de sumar también la presidencia extremeña. Pese a que el PP ha conseguido por vez primera ser la fuerza más votada en esta región, la entrada de IU en el Parlamento regional permitirá Guillermo Fernández Vara seguir manteniendo el sillón presidencial.
El partido de Mariano Rajoy ha arrasado en Madrid, la Comunidad Valenciana, Baleares, Castilla y León, Murcia, La Rioja y Cantabria y en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Además de en Extremadura, sólo es posible que el PSOE toque poder autonómico tras estos comicios en Aragón, pero siempre y cuando el PAR lo permita.
Pendientes de pactos quedan Asturias (donde el partido de Francisco Álvarez Cascos se ha convertido en la primera fuerza política), Canarias y Navarra. Las elecciones municipales han sido una prolongación de las autonómicas, y los socialistas se han quedado a 2,2 millones de votos del PP, a una distancia de diez puntos y con 4.600 concejales menos.
Como ejemplo del hundimiento socialista, las ciudades de Sevilla y Barcelona pasarán a manos del PP y de CiU, respectivamente, y, a la espera de pactos postelectorales, perderá 15 de las 23 alcaldías que tenía hasta ahora. Si el PP ha sido el triunfador de la noche, también han cantado victoria otras fuerzas políticas como IU, que aumenta sus votos y su representación tanto en ayuntamientos (aunque pierde a manos del Partido Popular su única alcaldía en una capital de provincia, Córdoba) como en Parlamentos autonómicos.
También en el cuartel general de UPyD su diputada, Rosa Díez, y otros dirigentes del partido mostraban su satisfacción debido a que el estreno en estas citas electorales ha tenido recompensa en forma de diputados autonómicos y ediles. En el capítulo de vencedores se suma Bildu, que se convierte en la segunda fuerza vasca y aspira a gobernar Guipúzcoa.
El presidente del Gobierno y líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, ha querido dar la cara esta misma noche y ha comparecido ante los medios para ligar la derrota electoral a la crisis económica y para asegurar que no habrá un adelanto electoral y que los comicios generales serán cuando tocan: en marzo de 2012.
Mientras tanto, frente a la sede del PP cientos de sus militantes y simpatizantes aclamaban a su presidente, Mariano Rajoy, y a otros dirigentes del partido a la vez que reclamaban la dimisión de Zapatero. Si la vicesecretaria de Organización, Ana Mato, pedía en rueda de prensa al jefe del Gobierno que escuche a los ciudadanos y que reflexione, Rajoy, en su alocución desde el balcón de la sede nacional popular, no entraba hoy en peticiones de adelanto electoral.
Ha defendido que los ciudadanos han elegido libremente lo que consideran bueno para España y se ha comprometido a que su partido gobernará para todos en aquellos territorios en los que hoy ha salido victorioso. Será mañana cuando las direcciones de los principales partidos analicen con más detenimiento los resultados electorales y definan estrategias ante los próximos meses, en los que los socialistas habrán de decidir su cabeza de lista para los comicios generales.