El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se entrevistó hoy con los principales líderes israelíes en su primera visita al Estado judío, en una jornada en la que apostó por la paz y por un mundo sin armas nucleares. En una sesión especial del Parlamento de Israel (Kneset), Lula señaló que «Oriente Medio ha visto décadas de dolorosas confrontaciones que han costado miles de vidas. Tenemos que actuar, pero usar nuestras cabeza no es suficiente, tenemos que usar también nuestros corazones». El presidente de Brasil reiteró el apoyo de su país a «la existencia de Israel como Estado soberano» y manifestó que «no se puede perder más el tiempo» y que desea que los israelíes «vivan en armonía y se acabe el sufrimiento», informó el servicio de noticias Ynet.
Propuso el país que preside como ejemplo de coexistencia puesto que diez millones de árabes viven en él en armonía con miles de judíos, un modelo que, según él, puede ser utilizado para lograr un más profundo entendimiento en Oriente Medio. En el camino hacia la paz, Lula consideró esencial construir un mundo sin armas nucleares y manifestó que «Brasil está orgulloso de que en América Latina no haya armas nucleares y queremos que esto sea un ejemplo para otras regiones».
En un discurso que precedió al de Lula, Netanyahu también hizo referencia a la cuestión nuclear y pidió al presidente brasileño su apoyo al frente internacional que se opone al programa nuclear iraní. Los lazos de Lula con el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, y la próxima visita que el brasileño tiene prevista al país de los ayatolás son motivo de desconfianza en Israel, que ve en Irán su principal amenaza y ha exigido que se le impongan duras sanciones internacionales que Brasil rechaza.
Irán y Brasil tienen valores opuestos, señaló Netanyahu, que explicó que mientras el primero «representa la tiranía y la crueldad», el segundo «representa la apertura y la tolerancia. Ellos honran a la muerte, y vosotros celebráis la vida», informó el diario Haaretz en su versión digital. La paz y la cuestión iraní centraron también los discursos pronunciados esta mañana por Lula y su homólogo israelí, Simón Peres, en el primer acto oficial del dirigente brasileño en Oriente Medio.
Lula pidió a Peres un «esfuerzo» para alcanzar la paz, le animó a «buscarla cada día, cada hora, cada minuto y cada segundo» y manifestó su esperanza de que ésta se alcance antes de que concluya el mandato de Peres, en el 2012. «Existe una única palabra y un único motivo para la guerra, pero existen millones de palabras y gestos que justifican la paz, y eso es lo que precisamos buscar», dijo una breve rueda de prensa en el jardín de la Residencia Presidencial, donde subrayó que «la política es el arte de hacer realidad las cosas que parecen imposibles».
Peres, por su parte, destacó que Lula ha «dado un nuevo legado a la democracia en su país» y, en cuanto a la paz, dijo que «no queda mucho tiempo» para completarla con los vecinos árabes y palestinos. El presidente israelí será esta noche anfitrión de una cena en honor a Lula en su residencia oficial, que pondrá fin a una jornada en la que también participó en un seminario empresarial y mantuvo encuentros en privado con Netanyahu y con la jefa de la oposición y ex ministra de Exteriores, Tzipi Livni.
Esta es la primera visita de un jefe de Estado brasileño a la región desde 1876. Este martes, el presidente brasileño visitará el Museo del Holocausto (Yad Vashem), una parada obligada para todos los dignatarios extranjeros que visitan Israel. Más tarde se desplazará a la ciudad cisjordana de Belén, donde asistirá a la clausura de un encuentro empresarial y cenará con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás.
Lula pernoctará en Belén, algo muy inusual entre los dirigentes internacionales, que normalmente regresan a dormir a Jerusalén. Al día siguiente se trasladará a Ramala, sede de la ANP, donde firmará con Abás una serie de acuerdos para fortalecer las relaciones bilaterales y visitará una escuela financiada por la cooperación brasileña. Además, depositará una ofrenda floral ante la tumba del histórico dirigente palestino Yaser Arafat, un acto que ha causado malestar en Israel, según señala la prensa local, por la negativa del dirigente brasileño a visitar también la tumba del fundador del sionismo, Teodoro Herzl.