A las once y media, la comitiva municipal, con una amplia representación del equipo de gobierno (PP) y algunos concejales socialistas, se ha dirigido desde el Ayuntamiento, acompañada por figurines ataviados con trajes de época de los últimos seis siglos, hacia la catedral donde han asistido a la misa oficiada por el arzobispo Javier Martínez.
Martínez ha dado «gracias por una tradición de la que somos hijos y de la que no tenemos motivo alguno para avergonzarnos, aunque ha reconocido que «cualquier guerra es siempre un retroceso en la humanidad».
Tras la homilía, el concejal popular Juan García Montero ha procedido a la tremolación en la Capilla Real del pendón réplica del confeccionado por Felipe II en 1619 sobre el modelo original con el que los Reyes Católicos entraron en la ciudad.
También en la Capilla Real, el alcalde, José Torres Hurtado, ha depositado, en la cripta de la tumba de los Reyes Católicos, una corona de laurel y un ramo de flores.
Repetición de la leyenda
Pasado el mediodía y desde el balcón del Ayuntamiento, la concejal de Juventud, María Francés, ha culminado los actos con la repetición por tres veces, como manda la tradición, de la leyenda: «Granada, Granada, Granada, por los ínclitos Reyes de España, don Fernando V de Aragón y doña Isabel de Castilla. Viva España. Viva el Rey. Viva Andalucía. Viva Granada, a los sones del himno nacional.
Por otra parte, y como ocurre desde hace años, los colectivos contrarios a esta celebración, agrupados en la Plataforma Granada Abierta, han celebrado un encuentro en el que han expresado su rechazo a una fiesta «inmovilista y arcaica, según las palabras de la profesora universitaria Antonina Rodrigo, quien ha vuelto a reivindicar el traslado de la festividad de la Toma al 26 de mayo, día de Mariana Pineda.
Este colectivo, del que forma parte Izquierda Unida, cuyos concejales no han asistido al ceremonial cívico-religioso, ha denunciado a su vez «la doble moral del PP, en palabras del portavoz de Granada Abierta, Javier López Gijón, por celebrar la Toma y apoyar la celebración de la Fiesta de las Culturas que, en su séptima edición, ha concedido la entrega del Granadillo 2010 al escritor paquistaní Tariq Alí, quien ha considerado la Toma una «fiesta trasnochada».